Todos los sectores exportadores sufrieron los rigores de la revaluación del peso colombiano durante casi 12 años, de una manera más drástica del año 2003 al año 2015, cuando comenzó la caída en el precio del petróleo, el oro, el carbón, además de la desconfianza por parte de los inversionistas extranjeros, en parte por la carga tributaria y la inestabilidad jurídica.
Los indicadores de la industria en muchas de las actividades desmotivaron a los industriales ante la competencia de productos importados con un dólar barato que destruyó el empleo manufacturero y agropecuario de una manera notoria, encontrando en las estanterías de los supermercados productos de la canasta familiar importados y en los almacenes, camisería y vestidos de Bangladesh,...