x

Pico y Placa Medellín

viernes

no 

no

Pico y Placa Medellín

jueves

no 

no

Pico y Placa Medellín

miercoles

no 

no

Pico y Placa Medellín

martes

no  

no

Pico y Placa Medellín

domingo

no

no

Pico y Placa Medellín

sabado

no

no

Pico y Placa Medellín

no aplica  

language COL arrow_drop_down

Por Rubén Darío Barrientos G. - opinion@elcolombiano.com.co

¿Cuál es el secreto del poder de Sarabia?

¿Qué tiene Laura Sarabia? El columnista de El País de España, Juan D. Quesada, osó decirlo: “Tiene información del presidente que si saliera a la luz pública, lo destruiría”. Talvez, por ahí va el agua al molino...”.

08 de febrero de 2025
bookmark
  • ¿Cuál es el secreto del poder de Sarabia?
  • ¿Cuál es el secreto del poder de Sarabia?

Por Rubén Darío Barrientos G. - opinion@elcolombiano.com.co

Noemí Sanín y Marta Lucía Ramírez, -para citar solo dos casos-, han sido cancilleres de Colombia, razón por la cual empezamos a entender la valía y prestancia del cargo. Y cuando vamos al grupo masculino, hallamos figuras de la talla de Rodrigo Lloreda y Carlos Holmes Trujillo, apenas para incluir un par de ejemplos. Su común denominador: ser de jaez presidencial. Y hablando de presidentes, han sido cancilleres: Alfonso López Michelsen, Julio César Turbay, Darío Echandía, Alberto Lleras Camargo, Enrique Olaya Herrera y Eduardo Santos. Y paremos ahí la larga lista.

El pasado 29 de enero, se posesionó como ministra de Relaciones Exteriores de Colombia (canciller), Laura Sarabia. Un grupo de cien académicos, en una carta que suscribieron, cuestionaron de Laura Sarabia “su falta de conocimiento y la ausencia de probada experiencia en diplomacia y relaciones internacionales”. Siendo la más joven en la historia del país (30 años), de una vez se vio avocada a enfrentar el desafío de manejar la tensa relación con Estados Unidos, en medio del fuego cruzado de los presidentes. Huelga decir que la posición exige sapiencia para el manejo de las relaciones bilaterales del país con las distintas naciones y juicio para los lineamientos estratégicos que edifiquen una política exterior.

Salta de bulto que Sarabia, no tiene el perfil para ser canciller. Pero ¿por qué el presidente Petro le entrega cada vez más poder? Ambos se conocieron en el año 2021, cuando ella trabajaba como jefe de campaña de Benedetti (hoy su archienemigo). Y resulta más inverosímil la historia, cuando Petro y Sarabia son como el agua y el aceite: Sarabia es más bien de ideología tradicional y Petro es zurdo; Sarabia no estuvo de acuerdo en que el presidente nombrara embajador en Tailandia a un misógino (Matarife) y Petro decía que era el mejor para ese puesto; Sarabia consultó a Álvaro Uribe sobre el rifirrafe con Trump y Petro nunca lo hubiera hecho; Sarabia es prudente y Petro es incendiario; Sarabia no le marcha a banderas revolucionarias y Petro las impulsa desde su época en el monte; Sarabia cree en Dios y Petro es ateo.

Enrique Serrano, experto en lenguaje no verbal, dice de Sarabia: “Baja los ojos y los vuelve a subir, donde esa alternancia de la mirada es vacilante ante los vínculos públicos, no tiene serenidad y en su vestuario no hay una adecuación clara frente al cargo”. No es, pues, un nombramiento afortunado. Pero Petro, hace lo que se le viene en gana en estas materias. Muchos petristas no la quieren. La ven como una usurpadora. Ha resistido varios escándalos y por ello salió del gobierno unos meses. De manera vertiginosa, ha mutado de asistente y persona de toda la confianza del presidente, a canciller. Ella es el reflejo del poder. De igual manera, trabaja para la familia de Gustavo Petro y les ayuda a resolver las cosas. Es raro este fenómeno, porque el país sabe que Petro no confía en nadie. Como si fuera poco, tiene uno de los esquemas de seguridad más grandes del gobierno. En términos gráficos, Laura le ofreció al presidente un servicio 24 horas de asistente-consejera-funcionaria-amiga. ¿Qué tiene La Sarabia? El columnista de El País de España, Juan Diego Quesada, osó decirlo: “Sarabia, tiene información del presidente que si saliera a la luz pública, lo destruiría”. Talvez, por ahí va el agua al molino...

Sigue leyendo

Por Rubén Darío Barrientos G. - opinion@elcolombiano.com.co

Te puede Interesar

Regístrate al newsletter

PROCESANDO TU SOLICITUD