CARMEN ELENA VILLA B.
Pareciera atrevido hablar sobre un libro que uno no ha leído o sobre una película que uno no ha visto ni verá. Pero no es necesario probar el veneno para advertir que es peligroso y que puede causar incluso la muerte. Por ello he decidido opinar sobre 50 sombras de Grey, desde los efectos que está causando esta historia.
Una producción que está llenando de dólares los bolsillos de Hollywood a costa del consumidor seducido quizás por el morbo y la curiosidad
Me llamó la atención la opinión de Amanda Smith, portavoz del Centro Nacional contra la Explotación sexual, de Washington DC. Ella decía que la historia de “amor” entre Anastasia Steele y Christian Grey pretende “volver glamurosa y romántica la violencia contra la mujer”.
Según Smith, el “mensaje” central del libro y la película es hacerle creer a las mujeres la visión idealista de que con el sometimiento pueden llegar a cambiar los comportamientos machistas y abusivos de los hombres. Para ellos, en cambio, el mensaje está en hacerles ver “lo que las mujeres quieren realmente”.
Los teatros de nuestro país dicen que es una película para “mayores de 15 años”. Pienso en tantas jovencitas que, en lugar de estar disfrutando con las ofertas que nos presentan la buena literatura y el cine, están orientando sus cerebros con historias donde prima el sexo violento, que asocia el amor con una posesión egoísta cuando este es más bien un don en el que prima la generosidad y la entrega.
Y para quien piense que esta historia no influye en los patrones de comportamiento sería bueno que supieran que hace dos años fue asesinada en Alemania una mujer de 28 años al recibir de su novio, 123 golpes con un puntero de madera . Su novio y verdugo al ser interrogado dijo que a ambos les gustaba seguir las prácticas descritas en 50 sombras de Grey.
Luis Martínez dijo para el periódico El Mundo de España que esta historia deja una “puerta abierta para dar por bueno cualquier comportamiento nefasto”.
Esta sociedad está cansada de los abusos y maltratos a los que son sometidas miles (o quizás millones) de mujeres. Y paradójicamente, cuando más se habla de la liberación y autonomía de la mujer, aparece un libro, en el que se normaliza el machismo, la cosificación de la mujer y la violencia sexual.
Por ello, lo más sano es no ir a ver 50 sombras de Gray. El cine presenta ahora muy buenas ofertas. “Annie”, “En el bosque”, o si quieren “Bob esponja: un héroe fuera del agua”. Les aseguro que con cualquiera de estas ofertas, el dinero les quedará mejor invertido.