Tenemos dos tipos de visitantes interesados en el proceso de transformación urbana de la ciudad, los oportunistas (aprovechados, abusadores, utilitarios) y los cómplices (coautores, partícipes, compinches).
Los primeros buscan una solución de urgencia, encontrar alguna clave ligera que puedan vender fácilmente a su regreso y convencer a otros de que saben. Los segundos, terminan siendo amigos permanentes de la ciudad, su motivación al visitar Medellín es entender más que copiar. Se convierten en espejos extraordinarios pues tienen más preguntas que repuestas sobre los aciertos, errores y riesgos. Con los visitantes cómplices es bueno y útil sostener una conversación continua, a los amigos debemos escucharlos.
Quito es una ciudad cómplice de Medellín con la que cada vez tenemos más amigos. 703 estudiantes de arquitectura y 21 profesores nos han visitado desde el año 2007 en 14 viajes de estudio, todos de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Católica. La carrera de arquitectura allí tiene 615 estudiantes, quiere decir esto que más de una generación completa ha encontrado en Medellín un laboratorio vivo de aprendizaje.
El ex Decano de arquitectura de la Católica, Hernán Orbea, hoy gran amigo, ha liderado este proceso de intercambio. Hernán y sus colegas profesores, aprovechan nuestra experiencia urbana para construir algo que nunca lograrían en su salón de clase para sus estudiantes, lo que para un arquitecto es parte esencial de su formación y es también lo más bello de esta profesión. Vivir los espacios, los lugares, hablar con la gente, en un territorio que les permita entender y cuestionarse el valor ético y moral de su profesión, que les permita entender la capacidad del diseño y la belleza para construir procesos de inclusión.
Como Hernán (hernanorbea@yahoo.com) es buen amigo, y a los amigos debemos escucharlos, le pregunté. ¿Hay Urbanismo Social en Medellín? Estas son parte de sus reflexiones:
“Luego de haber caminado Medellín más de una veintena de veces en los últimos ocho años, creo firmemente en la acción detonadora de una propuesta política que encaminó tres importantes procesos: 1- Recaudar autoestima ciudadana a partir de la creencia de que una ciudad, atravesada por agudísimas patologías, podía emprender un camino alternativo para avanzar; 2- Confiar la transformación a equipos técnicos que, tras décadas de invisibilidad y anonimato, pusieron en valor sus conocimientos y destrezas en escenarios típicamente impensables para las élites intelectuales; y 3- Crear una sólida marca propia que ayude a validar semejantes esfuerzos en el concierto nacional colombiano, en la región, y en el mundo”
Continúa Hernán: ... “El Urbanismo Social en la transformación de Medellín es un crucial e inteligente punto de partida para la capitalización social de una crisis profunda y multidimensional” ... “Creo en una Medellín humana y posible, desde que los tempranos resultados del Urbanismo Social me motivaron a entender que las oportunidades de desarrollo para la reivindicación social suelen encubrirse en los problemas de cada territorio. Que en el fondo del problema está su solución. Iré de nuevo, ¡claro!”
Es bueno escucharlo, este es el relato de Medellín que seduce a Hernán y a sus estudiantes, su mirada es cristalina.