Por Sergio Angel* y Nicolás Liendo**
sergio.angel@usa.edu.co
El acceso público a internet en Cuba trajo consigo un boom de blogs y de medios independientes que progresivamente han ido disputándole la verdad al periodismo oficialista que tiene el control de todos los medios de comunicación desde la llegada de la Revolución en 1959. Aunque el acceso siguió siendo limitado por los altos costos de conexión y la lentitud de la red, desde 2013 se abrió una puerta para la liberalización de las mentes a través del acceso a nuevas realidades antes ocultas para el cubano de a pie.
Medios como El Toque, Periodismo de Barrio, 14yMedio o YucaByte han sido el resultado de esta apertura, teniendo en cuenta que solo se puede acceder a sus contenidos a través de la red. Pero este boom también ha estado acompañado por un crecimiento de medios oficialistas que ha entrado a compensar este espacio de liberalización. Medios como Cuba Debate, Granma, Cuba Información o Periódico Trabajadores también se han posicionado en la red.
Sin embargo, lejos de una competencia sana entre diferentes ofertas periodísticas, el régimen cubano ha ideado formas de cooptación de este nuevo espacio periodístico a través de diferentes estrategias: la principal ha sido el bloqueo de las páginas con mayor difusión, como en el caso de 14yMedio, de la periodista Yoani Sánchez, pero en el repertorio también se encuentran otras formas más radicales como las restricciones a la movilidad interna, como en el caso de Luz Escobar, o internacional como en el caso de Reinaldo Escobar.
Tal vez la expresión más radical de este hostigamiento contra el periodismo independiente haya sido el encarcelamiento de Roberto Quiñones, que además de representar un hito funesto para la libertad de expresión y una amenaza contra la dignidad de la persona, ha servido de instrumento de control para amedrentar a los demás periodistas independientes, enseñándoles hasta dónde es capaz de llegar el aparato represor del Estado cubano.
Con la llegada de la covid–19 a Cuba este panorama no ha cambiado y se ha agudizado la persecución debido a la aplicación del Decreto Ley 370 sobre la informatización de la sociedad cubana, en donde se contempla la penalización de la difusión a través de redes de información contraria al interés social. Es decir, que cualquier asunto considerado por las autoridades contrario a ese “interés social” puede llevar a sanciones económicas, al decomiso de equipos, o incluso al encarcelamiento del acusado.
El régimen ha afilado sus instrumentos y en lugar de permitir una mayor liberalización de la población como resultado del acceso a internet, se ha ocupado de ir restringiendo estos espacios de libertad mientras maneja la doble imagen de apertura hacia afuera y de censura y domesticación hacia adentro.
Solo podemos seguir denunciando estas prácticas intimidatorias que, en palabras de Reinaldo Escobar, han llevado a que Cuba, a pesar de no registrar la muerte de ningún periodista, tenga el lamentable saldo de la muerte del periodismo. No en vano sigue apareciendo en el puesto 171 (entre 180 países) del ranquin de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras.
* Investigador Principal del Programa Cuba, Universidad Sergio Arboleda.
** Decano de la Escuela de Política y Relaciones Internacionales, U. Sergio Arboleda.