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Es necesario promover el interés y la formación de las mujeres en ciberseguridad desde edades tempranas, así como crear espacios de mentoría, networking y apoyo entre pares.
Por Catalina Rengifo Botero - JuntasSomosMasMed@gmail.com
La ciberseguridad es un tema de vital importancia en el mundo actual, donde cada vez más personas y organizaciones dependen de las tecnologías digitales para comunicarse, trabajar, aprender y entretenerse. Sin embargo, el uso de internet también implica riesgos y desafíos que requieren de una mayor conciencia y responsabilidad. Por eso, desde hace varios años, diferentes países e instituciones han dedicado el mes de octubre a realizar campañas de sensibilización y educación sobre la seguridad cibernética. Porque lo cierto es que somos los usuarios los que solemos ser el eslabón más débil de la seguridad.
La ciberseguridad es la práctica de proteger los dispositivos, redes y datos de los ciberataques. Esto incluye la protección de las personas, de su información privada, como números de tarjetas de crédito, contraseñas y datos financieros. También incluye la protección de la información de la empresa, como datos de clientes, información de productos y datos de la organización. Hablar de ciberseguridad hoy, es entonces no sólo importante sino fundamental para cualquier sector y empresa. El mismo es un campo que requiere de profesionales capacitados y actualizados para enfrentar los desafíos y amenazas que surgen en el mundo digital. Sin embargo, en Latinoamérica, la participación de las mujeres en este sector es aún muy baja, lo que implica una pérdida de talento y diversidad.
Según un estudio de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), solo el 11% de los profesionales en ciberseguridad en la región son mujeres y un estudio similar de LinkedIn nos indica que en Colombia la cifra, aunque superior, es de 17%. Esta brecha se debe a varios factores, como la falta de acceso a la educación, la escasa visibilidad de las mujeres en el campo, los estereotipos de género y la discriminación.
Para revertir esta situación, es necesario promover el interés y la formación de las mujeres en ciberseguridad desde edades tempranas, así como crear espacios de mentoría, networking y apoyo entre pares. Asimismo, se debe reconocer y valorar el aporte de las mujeres que ya trabajan en el sector, y fomentar su liderazgo y participación en los niveles más altos. Mujeres como Jimena Mora, una dedicada profesional de ciberseguridad que hoy está siendo reconocida como una de las mujeres TOP en el área en la región.
Las mujeres en ciberseguridad no solo aportan sus conocimientos y habilidades técnicas, sino también su visión, creatividad y sensibilidad para resolver problemas complejos. Su presencia contribuye a la innovación, la inclusión y la seguridad de todos los usuarios de internet. Por eso, es fundamental impulsar su incorporación y desarrollo en este campo tan importante para el presente y el futuro de Latinoamérica.