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Ernesto Ochoa Moreno
Columnista

Ernesto Ochoa Moreno

Publicado

“Nihil nimis”

Por ERNESTO OCHOA moreno

ochoaernesto18@gmail.com

Como casi siempre, terminé donde el padre Nicanor, mi tío, hablando del tema que había tocado en mi columna anterior. Que fue el de la clase media y la necesidad de evitar los excesos como medida para contrarrestar la polarización. Le comenté mi intención y casi me paró en seco con un latinajo:

-¡Nihil nimis! -gritó.

-No se me exalte desde el principio, padre. Vamos por partes.

-Está bien. Esta expresión latina, que en griego suena “medén ágan” y significa “nada en exceso” es el principio del equilibrio que debemos guardar en todo.

-Un llamado a la moderación, en fin de cuentas.

-“Nihil” en latín, hijo, como bien lo sabes, significa “nada” y “nimis” es un adverbio de cantidad que se traduce por “demasiado”. La expresión “nada en exceso, nada en demasía”, era una norma de conducta del mundo clásico y sigue siendo para todos un ideal de moderación en el que radica la virtud.

-Lo dicho, padre: nada en demasía.

-El lema “nada en demasía” es una de las más exquisitas cualidades del espíritu helénico: la moderación. Hay quienes atribuyen la expresión a Critias de Atenas, tío de Platón, y estaba grabada en el frontispicio del templo de Delfos, junto al famoso “conócete a ti mismo”. Recuerdo haber leído que el verso completo era: “Nada en demasía, que todo lo bello está unido a la conveniencia”.

-Qué bueno y enriquecedor es navegar por la cultura griega.

-Del “nada en demasía” se desprende la “áurea mediocritas”, la mediocridad dorada de las odas de Horacio y que fray Luis de León tradujo por “medianía”, porque al parecer ya estaba desprestigiado el término “mediocridad”.

-Como quien dice, la virtud está en el medio, que es lo que siempre se ha oído.

-La virtud como término medio entre el exceso y el defecto viene de Aristóteles. Santo Tomás de Aquino, inspirándose en el Estagirita, va a acuñar la conocida frase “in medio virtus”, a que tú haces alusión. La virtud sería el camino recto, sin torcerse hacia la derecha o hacia la izquierda, es decir, sin pecar por exceso o por defecto.

-Ni la derecha ni la izquierda; el centro, ¿cierto?

-No es buena conclusión, muchacho. Sobre lo que es y no es el centro hablaremos en otra ocasión. No es lo mismo el punto medio, el “nihil nimis”, que el centro, sobre todo si este se refiere a política. De todas maneras, en un país tentado a toda hora por la desmesura, vale la pena meditar sobre la moderación de los griegos.

-Como quien dice, padre Nicanor: contra polarización, situarse en el justo medio. Si eso no se logra, todo se desborda, como nos está pasando en Colombia. Dios nos ampare

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