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No hay líder – No hay gobierno

En dos años y medio, Gustavo Petro, ha cambiado 43 ministros, lo que pone en evidencia el grave problema de gobernabilidad que hay al interior de su proyecto progresista.

18 de febrero de 2025
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  • No hay líder – No hay gobierno

Por Natalia Zuluaga - nataliaprocentro@gmail.com

Es difícil entender cómo el gobierno del proyecto progresista, llamado el del cambio, que supuestamente busca mejorar las condiciones de vida de las mayorías, principalmente de los más pobres, haya terminado designando como jefe de Despacho al señor Armando Benedetti, el político tradicional más cuestionado en la historia del país.

No dudo que en casi todos los Gobiernos que hemos tenido haya habido corrupción, pero que el gobierno del cambio, de la anticorrupción, de justicia social e igualdad tenga como mano derecha a quien encarna todos los males de la política tradicional, es un acto de incoherencia deplorable y un mensaje negativo del presidente.

Hace unos días recordé un hilo que publiqué el 18 de junio de 2022 en Twitter – hoy X, donde exponía las razones por las qué no votaría por Petro para la presidencia. Allí expresé de manera categórica que las alianzas del hoy presidente con la corruptela infame y con políticos como Armando Benedetti, Roy Barreras y Daniel Quintero, me alejaban definitivamente de sus ideales y me llenaban de desconfianza.

Las alianzas en campaña del 2022 desnudaron a Petro de la peor forma, sus ansias desenfrenas de poder hicieron que perdiera su esencia y su razón de ser. No estaba equivocada y el tiempo me ha dado la razón. Gracias a esa intuición y desconfianza, puedo decir hoy que no ayudé a elegir este gobierno corrupto e ineficiente.

Sabía que Petro no sería un buen presidente y que el desastre en su gobierno era seguro, que sus propuestas serían inviables e imposibles de cumplir en 4 años y su egocentrismo le impediría ser buen gobernante. Hoy el balance que el mismo presidente ha relacionado en el Consejo de Ministros, confirma la falta de ejecución en el gobierno: de las 195 metas propuestas, solo se han cumplido 49, esto es, el 25% de ejecución, quedando aún pendiente por cumplir el 75%.

Su egocentrismo y mezquindad como líder se vio reflejada cuando manifestó públicamente que, si el Gobierno estaba mal, era por ellos, echando culpas y queriendo atribuir la responsabilidad de la baja ejecución de su gobierno en sus ministros subalternos.

Me pregunto: ¿no será que la falta de funcionamiento ha sido culpa de un mal líder que no ha sabido direccionar a sus ministros delegados? ¿No será más bien que la falta de armonía, de respeto y estabilidad entre los ministros, hacen imposible tener buenos resultados en su Gobierno?

En dos años y medio, Gustavo Petro ha cambiado 43 ministros, lo que pone en evidencia el grave problema de gobernabilidad que hay al interior de su proyecto progresista.

A esto se suma que el déficit fiscal del año pasado (2024) haya sido del 6.8% del PIB, lo que indica que los gastos del gobierno subieron en 31 billones de pesos y los ingresos del gobierno cayeron en 18 billones. Un hueco fiscal enorme y un país poco atractivo para los inversionistas.

El mensaje de hoy es claro, el presidente no está concentrado en los verdaderos problemas del país: crisis de orden público, seguridad, salud, economía y la desastrosa paz total. Petro busca abonar el terrero político en el que deberá moverse en este año pre-electoral, y estará enfocado buscando la clase política tradicional para ganar las elecciones del 2026, lo que veo poco probable, pues tienen la plata, pero no la opinión pública.

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