La mayoría de los economistas coinciden en que, en el mundo actual, la innovación es una de las principales herramientas para desarrollar la economía. Dadme un punto de apoyo y moveré el mundo, rogó Arquímedes, y ese punto hoy por hoy no es otro que la innovación. En este sentido, con el del Comité Universidad-Empresa-Estado Medellín ha recorrido un importante camino durante los últimos 15 años. Gracias a este se generó un pacto de voluntades para visibilizar y generar confianza en torno a la Ciencia, la Tecnología y la Innovación, y así contar con poderoso instrumento para el desarrollo de la ciudad.
Fue en el año 2015 que nuestra ciudad firmó el Gran Pacto por la Innovación, iniciativa exitosa que hoy día se sigue gestionando y ha logrado tasas de inversión en CTi sobre el PIB mayores al 2 % y cuenta con importantes resultados en número de innovaciones y aumento en las ventas. Sin embargo, la velocidad de surgimiento de nuevas tecnologías nos obliga a cabalgar sin ambages en la llamada Cuarta Revolución Industrial. Un desafío complejo si aceptamos las palabras de Madeleine Albright al referirse a esta: “nos enfrentamos al reto de comprender y gobernar las tecnologías del siglo XXI con una mentalidad del siglo XX e instituciones del siglo XIX”. Frase lapidaria, que viene como anillo al dedo, a propósito del próximo anuncio que hará el presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, sobre la apertura de un centro de Cuarta Revolución Industrial en Medellín para Latinoamérica.
Noticia que entusiasma pero que se convierte en un gran reto de ciudad para poder potenciar las tecnologías de frontera que subyacen en esta revolución. Esto es, abrir este centro en la ciudad, de por sí será un gran motor para la sensibilización y entendimiento de las tecnologías, pero de nada servirá si no se acompaña de una modernización institucional de la ciudad y del desarrollo de nuevas regulaciones que ayuden a una mejor adopción de estas tecnologías.
Si logramos lo anterior, Medellín podrá seguir su transformación de manera contundente. La historia nos ha mostrado que las diferentes revoluciones industriales han traído enormes beneficios a la humanidad. De hecho, en el último libro del Foro Económico Mundial se plantea que el ingreso promedio real per cápita de los países de la OECD han crecido alrededor del 2.900 % y las expectativas de vida en países como Inglaterra pasó de 40 a 80 años, todo esto gracias a las innovaciones y las invenciones. Es el momento de que la ciudad haga parte activa de las grandes revoluciones y no que las vea pasar dejando de generar bienestar y nuevas oportunidades a los ciudadanos.
Soy un convencido que el camino de la innovación y la tecnología es la mejor ruta para generar equidad y bienestar en nuestra ciudad. Ojalá los candidatos a liderar Medellín y Antioquia adopten la Cuarta Revolución Industrial y se atrevan a crear nuevas regulaciones e implementar diferentes iniciativas que permitan desatar una región más desmaterializada en lo digital, donde los antioqueños entren a mundos nunca antes imaginados.
P. d: felicitar a la Alcaldía y a Ruta n por el logro de tener el Centro de 4a Revolución Industrial en Medellín.