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Cuando un menor de edad delinque, actúa libre y sin miedo; sabe que la ley no recae sobre él con la rigurosidad que opera en los mayores de edad.
En octubre de 2020 defendí a Maicol, un joven de 15 años que me confesó haber matado a Emilio, un niño de 5, en la comuna 8 de Medellín.
Cuando le pregunté por qué lo había hecho, me respondió: ese niño vio cuando entré a su casa a robar y después le contó a su mamá. La mamá del niño, Rosario, en vez de acudir a las autoridades a denunciar el hurto, prefirió acudir al jefe del combo. Este es el origen de la tragedia.
El jefe del combo ordenó castigar fuertemente a Maicol por haber robado, desplazándose por segunda vez a la autoridad Estatal.
Maicol, al enterarse que Emilio lo había “sapiado” y era el culpable del castigo que había recibido, decidió vengarse.
Emilio no iba al jardín. Su madre lo dejaba todas las mañanas al cuidado de los vecinos, que “le echaban ojo” mientras ella salía a trabajar. En medio de un descuido, Maicol, en compañía de otras 2 personas, rapta al niño y lo lleva a una casa, donde es sometido a torturas y abusos.
A la semana, el cuerpo de Emilio fue hallado en un costal de fibra envuelto en una sábana en posición fetal, atado de manos y pies en sus muñecas y tobillos y en estado de descomposición.
Lo que pasa en Medellín en temas de seguridad es grave. En muchas comunas la gente prefiere acudir al combo para resolver sus conflictos, sabe que el castigo es rápido y seguro. Opera como un sistema de gobernanza criminal. Para estas personas, la autoridad real está en el jefe del combo y no en el Estado. Lo más preocupante, es que tienen un respaldo de las autoridades que los “legitima” en silencio.
No podemos permitir bajo ninguna circunstancia que la justicia se entregue al combo, esto pasa hace muchos años en Medellín y aún los gobernantes buscan negociar la seguridad de la ciudad con grupos al margen de la ley, queriendo mostrar tasas de criminalidad “bajas” y legitimando así la violencia. Una investigación realizada por la Universidad Eafit y la Universidad de Chicago arrojó que en Medellín operan 400 combos, un cifra realmente alarmante.
Rosario no denunció en Fiscalía el hurto de sus bienes y, sin darse cuenta, entregó su niño de 5 años a otro joven que no estudiaba, sino que delinquía.
Según informe de Medellín-cómovamos, durante la administración de Daniel Quintero pasamos de 450 mil millones a 800 mil millones invertidos en el programa Buen Comienzo según el Plan de Desarrollo, sin embargo, hoy tenemos menos niños atendidos y menos días de atención al año. ¿Donde está la plata de Medellín para nuestros niños?
Y en cuanto a las tasas de deserción, tenemos que en 2021, de los jóvenes que debían estar en décimo y once, solo la mitad estaban matriculados.
¡Nuestros niños no tienen por qué estar en las calles! Maicol y Emilio debían estar estudiando. El lugar seguro para ellos es la escuela.
Señor Alcalde, no solo la Comuna 14 de Medellín debe estar custodiada, la presencia del Estado se debe ofrecer en todas las comunas de Medellín.
Pd: los nombres de los personajes han sido cambiados.
