Aparece cada historia para la pospandemia, que pone a pensar. Para algunos, las grandes crisis hacen nacer una gran deseo de vivir, y como ejemplo están los años veinte en el siglo pasado, una época de frenesí que siguió a la primera guerra y a la gripe española que causó decenas de millones de muertos (Bloomberg Businessweek).
Pero cuidado. Los años locos fueron un tema de Estados Unidos. La economía de ese país resintió el esfuerzo de participar en la gran guerra pero ese costo fue muy inferior al que tuvo Europa que sufrió la conflagración en su terreno y además quedó totalmente fragmentada.
En Estados Unidos se pudo superar el mal momento. La economía creció después de la guerra pero tuvo un traspié al comenzar la década, con una recesión que va a durar diez y ocho meses. De ahí en adelante se produce el milagro económico de los años veinte con una actividad productiva a todo vapor y mucha gente haciendo dinero y gastándolo.
El dinamismo de la economía estuvo acompañado de una particular evolución de la sociedad con el nacimiento del consumismo y de la cultura de masas. Esa exuberancia terminó abruptamente con la caída de Wall Street en 1929 y el inicio de una profunda recesión, la gran crisis.
En Europa no hubo tiempo para hacer la fiesta. Tal vez en París, porque de resto fueron años convulsionados desde el fin de la guerra, y sus procesos internos, alimentados por la quiebra de las economías, llevarían al ascenso del fascismo en algunos países.
La siguiente historia se refiere a que en este nuestro siglo XXI vamos a tener nuestros años locos. Más precisamente, los estaríamos comenzando. Según un distinguido profesor de la universidad de Yale, citado por la revista Visao, eso está pasando y más adelante todas las tendencias visibles se van a revertir, una vez se controle la pandemia. Las discotecas llenarán hasta reventar, lo mismo los estadios, y el mundo del arte tendrá su renacimiento. Las interacciones sociales van a aumentar.
Es indudable que hay mucho cansancio por las continuas cuarentenas y la incertidumbre que provoca la presencia del covid-19 en nuestras vidas, y anhelamos recobrar la normalidad, pero no fue esa pulsión la que provocó que se dieran los locos años veinte. Para Estados Unidos fueron años de esplendor de la economía y en los cuales todo marchaba bien.
Eso está por verse en esta ocasión. La recuperación avanza en China y Estados Unidos y de manera más vacilante en Europa. El mundo en desarrollo tardará en reconstruirse. Si hay locos años veinte no van a ser ahí.
Una última reflexión. Es curioso, en Colombia también tuvimos unos buenos años veinte en el siglo pasado, no se sabe que tan locos, pero en ese período llegó la plata de la indemnización de Panamá y eso contribuyó a que la economía prosperara. Después de eso nos golpeó la gran crisis y la buena época cesó al colapsar la economía internacional.
Como todo el mundo en desarrollo, Colombia estará ahora concentrada en reparar los daños que deja la pandemia en el crecimiento económico, empleo y pobreza. En esta ocasión no llegará ninguna indemnización que ayude. Los locos años veinte son, definitivamente, un tema de primer mundo