La paz debe ser de todos y para todos, la paz no tiene amigos ni enemigos, la paz es de todos, la queremos todos y la merecemos todos, vale decir, la paz no tiene enemigos. La diferencia radica es en la forma de buscarla, más grave cuando por firmar un acuerdo con un grupo narcoguerrillero, que ha utilizado el terrorismo para amedrentar al país por más de 50 años, ahora con el afán de firmar cualquier cosa, pasen de victimarios a víctimas.
Como nunca antes se había visto tan comprometida la Constitución y la institucionalidad, pero más grave aún, escuchar a Juristas, eruditos constitucionalistas y ver cómo se maneja en el Parlamento la aprobación de leyes sin los debates suficientes, sin el estudio riguroso de los acuerdos firmados en La Habana,...