¿Viviendo en Lego Land? Hay días en que uno siente que la ciudad se va pareciendo a una versión en aumento de una construcción de Lego, ese nombre con el que se conoce a esas piezas plásticas que les gustan tanto a los niños y con las que se construyen edificios, jardines o animales. Todo se ve prolijo, colorido y estético pero irreal.
La sensación aparece cuando aquel centro comercial te invita a su parque interior que consiste en un piso cubierto por un material sintético color verde, mesas con manteles de cuadros rojos, árboles y animales plásticos. Transmite un mensaje vacío porque ahí no hay esa interacción necesaria entre desconocidos que sí ves en un parque de verdad, no hay ese sentimiento que da el aire libre y tiene que ver con considerarse...