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Construir una nueva historia de Colombia implica dejar a un lado el papel de observadores y de críticos de los vacíos de liderazgo para convertirse en los protagonistas de las transformaciones que queremos ver
Por Rosita Manrique - opinion@elcolombiano.com.co
Algunas de las conversaciones más frecuentes que escuchamos alrededor del liderazgo están asociadas a la ausencia de líderes, a los errores y debilidades de quienes ejercen roles de autoridad o a la necesidad de contar con “figuras” que, ante la magnitud de los desafíos que enfrentamos, nos muestren el camino, “tomen las riendas” y nos devuelvan la esperanza.
Desde el 2009 he tenido el privilegio de presidir Origen Red de Liderazgo, una fundación enfocada en identificar, fortalecer y conectar a personas con capacidades y trayectoria movilizando cambios en diferentes escenarios y regiones del país.
En estos 15 años he conocido de cerca a líderes sociales, culturales, empresariales, políticos entre otros; colombianos valientes, resilientes, optimistas y enamorados de sus comunidades y de sus territorios. Sus historias hablan de una Colombia con inmensos desafíos y dolores, pero también reflejan una fuerza imparable, a veces ignorada o subvalorada, de un activo poderoso que tenemos como sociedad: nuestros líderes.
Con esta postura no pretendo minimizar el gran vacío de liderazgo que evidenciamos en escenarios como la política; ni la impotencia y desesperanza que muchos sentimos cuando leemos las noticias diarias.
Estoy es convencida de que la historia que nos cuentan es solamente una parte de la historia, y de que al dejarnos absorber mental y emocionalmente por esta narrativa, estamos perdiendo energía y tiempo valioso para construir y avanzar, para capitalizar los activos que tenemos.
Desde mi mirada, hablar de la crisis de liderazgo nos pone en una posición de observadores, como si la responsabilidad de liderar estuviera “allá y no “acá”; nos lleva a poner el foco en lo que falta, perdiendo la oportunidad de activar nuestro poder colectivo al servicio de la construcción de una nueva historia para Colombia. El momento que estamos atravesando nos reta y nos pone a prueba; por lo mismo, estoy segura de que podemos canalizar nuestra inconformidad, asumiendo la responsabilidad de ser parte del cambio; este momento puede ser una gran oportunidad para visibilizar, fortalecer y conectar a los millones de colombianos que día a día ‘hacen país’.
Actualmente, existen varias iniciativas que en diferentes contextos han comprendido que para lograr avanzar en escenarios de alta complejidad es indispensable generar puntos de encuentro entre mundos y miradas diferentes, construir confianza y unirse al servicio de propósitos compartidos; dicho de otra manera, experiencias que evidencian que el liderazgo colectivo es el único camino para avanzar.
Tal es el caso de 1000 líderes por Colombia, una iniciativa que en sí misma es un ejercicio de liderazgo colectivo, en la que nos hemos unido diferentes organizaciones con coincidencia de visiones de país y un genuino interés de trascender los propósitos de cada una para identificar, fortalecer, conectar y visibilizar a los líderes con mayor capacidad de generar procesos de transformación en el país, en sus comunidades y organizaciones.
También quisiera destacar Compromiso Valle, que ha acercado a los líderes empresariales, empresas de todos los tamaños, líderes sociales, fundaciones y a la comunidad para aportar al cierre de brechas sociales del Valle del Cauca.
Estos ejemplos solo nos recuerdan que construir una nueva realidad para Colombia es responsabilidad de todos, que liderar no implica un título ni un cargo, y que es principalmente una decisión y una postura ante la vida. Se trata de elegir seguir soñando en medio de la tormenta y dar un paso al frente con valentía y optimismo, sintiéndonos protagonistas de esta historia.
*Presidente Ejecutiva Origen Red de Liderazgo