Hace pocos días, Empresas Públicas de Medellín (EPM) entregó su informe financiero para la vigencia 2022. Algunos de los datos entregados generan preocupación. El Distrito de Medellín recibirá 1.8 billones de pesos, es decir, el 55% de transferencias producto de los resultados netos de la compañía durante el año 2022.
Quedan dos preocupaciones. Primero, se sigue haciendo uso de las transferencias extraordinarias, desconociendo que el Acuerdo 69 de 1997 decretó las transferencias de la empresa al hoy Distrito de Medellín por un 35% de los resultados netos y plantea en su Artículo 13 que solo en casos extraordinarios, éstas transferencias podrían llegar al 55%. Desde el gobierno de Sergio Fajardo hasta hoy, TODOS los mandatarios han optado por el valor máximo de las transferencias, incumpliendo el mandato entregado por el Acuerdo 69 de 1997 del Concejo de Medellín.
Segundo, el Plan de Desarrollo aprobado por el Concejo de Medellín en 2020, en su Plan Plurianual de inversiones planteaba para el año 2022 transferencias por 2 billones de pesos. Nos preguntamos hoy, ¿será el gasto público social el castigado con este déficit en el presupuesto? Adicionalmente, las utilidades de EPM Casa Matriz para la vigencia de 2022 fueron de 3 billones de pesos, comparado con 2021 nos deja con un 10% menos de utilidades para 2022.
Por otro lado, la Junta Directiva de EPM aprobó, también en los últimos días aumentar el valor final de Hidroituango, de 17.6 billones de pesos a 19.4 billones de pesos. Ésta noticia sale 10 días después de que se declarara desierta la licitación para construir la etapa final del proyecto (segunda etapa de turbinas).
El pasado lunes 3 de abril, Fitch Rating informó que mantiene la “observación negativa” para las calificaciones (´AAACol´) del emisor de largo plazo y de emisiones locales de Empresas Públicas de Medellín E.S.P. (EPM). Atribuye dicha calificación a la incertidumbre continua frente al cierre del sistema de desvío auxiliar de Hidroituango, bloqueado desde el 28 de abril de 2018 y los sobrecostos finales del proyecto ya que la posibilidad de inundaciones aguas abajo existe hasta que el túnel de desviación derecho sea cerrado. Frente al tema de Hidroituango, he venido haciendo denuncias desde el año 2018, advertimos que la obra corre el riesgo de no encontrar punto de equilibrio financiero.
Con este panorama quiero poner nuevamente la voz de alerta sobre una empresa que es fundamental para el gasto público social en Medellín, y que, además, carga sobre sus hombros una gran parte de la responsabilidad en el suministro de energía del país.
Nuevamente decimos, a EPM hay que protegerla, las últimas administraciones no lo han hecho. No hay consciencia del papel que juega, no entendemos que si EPM sigue sumida en la des administración, el abandono del rigor técnico, los altos niveles de burocratización y el aprovechamiento desbordado de los alcaldes sobre sus ganancias, el Distrito de Medellín, podría terminar volviendo a su condición de municipio, ya no especial, sino de cuarta o quinta categoría.
Nuestro futuro depende mucho de EPM y por eso, el continuismo de los últimos dos gobiernos no debe permitirse. También para Medellín, llegó la hora del cambio.