He leído con tristeza la historia que escribió Patricia Nieto sobre su último viaje a Bojayá para asistir a la exhumación de los restos de las 119 personas sepultadas en el cementerio de esa población del río Atrato donde sucedió la masacre de mayo de 2002, en un combate entre guerrilleros de las Farc y grupos paramilitares.
La periodista viajó por la región a comienzos de mayo, acompañada por la fotógrafa Natalia Botero, tratando de reconstruir el proceso judicial y sus repercusiones políticas y sociales. Su relato fue publicado en Verdad Abierta, un sitio web dedicado al conflicto armado en Colombia.
Durante su estadía, Patricia y su compañera fueron asediadas por líderes del Comité por los Derechos de las Víctimas de Bojayá, que les impidieron...