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Muestran el cobre aquellos que hacen campaña política y quieren sonar en los medios lanzando juicios contra personas, sin pruebas. Y más cuando lo hacen contra aquellos que están poniendo el pellejo para esclarecer la verdad en un país violento y tapizado de mentiras; una verdad que a muchos les da miedo que se conozca. Es lo que hace el ex ministro Juan Carlos Pinzón. ¿Cómo una persona con sus pergaminos escribe este mensaje temerario en Twitter sobre los miembros de la Comisión de la Verdad?: “mayoría de los comisionados registran afinidad ideológica o nexos con grupos armados”. Él sabe muy bien, por los cargos que ha ocupado, las consecuencias de palabras, declaraciones y señalamientos en un país tan proclive a que los asesinos agazapados actúen en río revuelto contra líderes sociales (ojalá esa no sea su intención).
En esa comisión, que está intentando esclarecer lo que pasó, deben estar representados todos los grupos sociales, de lo contrario, entonces no habría razón para que, entre otros, uno de los integrantes sea un mayor retirado del Ejército Nacional. Y todos estamos de acuerdo con que este grupo tenga su representación allí. ¿O no? Obviamente Pinzón no se refiere a él.
En la Comisión de la Verdad hay 11 personas: un sacerdote que se ha partido el lomo en el Magdalena Medio; una líder de un movimiento feminista; un abogado asesor de múltiples comisiones de verdad en el mundo; un médico y psicólogo español que ha atendido a víctimas en el mundo; una chocoana defensora de los derechos de las mujeres; una arquitecta de la UPB que ha liderado proyectos de cultura y transformación social; una abogada embera que ha documentado la vulneración de los derechos humanos en los territorios indígenas afectados por el conflicto armado; otro médico que ha sido docente por 40 años y ha investigado el impacto de la violencia en la salud de las personas; un mayor retirado del Ejército que lidera la Asociación Colombiana de Militares Víctimas del Conflicto Armado; una periodista que ha cubierto para prensa y televisión el conflicto armado interno y un antropólogo profesor de la Universidad de los Andes.
Pinzón, que ha conocido de cerca la guerra, debería saber que son mejores los caminos de la inclusión, la reconciliación, el diálogo y la paz. Espero que ya, a hoy martes, haya demostrado o se haya retractado (eso sí: ya sé por quién nunca votaré).
