“Los vicios y otros males de los hombres son producto de la sociedad”. Así lo afirmó Jean-Jacques Rousseau. Según afirmó el polímata suizo francófono —murió en 1778—, el hombre es un “buen salvaje, inocente por naturaleza, que finalmente es corrompido por la educación y otras influencias”. Esas influencias son características de nuestra cultura occidental.
Los niños y las mujeres son instrumentalizados para ese propósito. Las narrativas históricas y literarias dan cuenta de ello. En la mitología, por ejemplo, Zeus se camufló en un cisne para violar a Leda. “En Cien Años de Soledad”, el futuro coronel Aureliano Buendía se enamoró perdidamente de una niña de nueve años, con quien luego tuvo hijos gemelos. En la religión católica, Abraham, por...