Es un principio básico de las relaciones sociales que nuestra apariencia influye decisivamente, tanto en nuestra conducta como en la impresión que damos a los demás, y por ende, en su actitud hacia nosotros. Esto significa que la forma como vestimos es nuestra carta de presentación ante la gente, pues dice mucho sobre quiénes somos.
Hoy con frecuencia las vestimentas de las adolescentes son tan atrevidas que están víéndose como jóvenes “fáciles” de seducir, aun cuando no lo son. Parece que la moda juvenil ahora se guía por el exhibicionismo que promueven algunos anuncios publicitarios al presentar a niñas en poses seductoras para atraer el interés del público. Así, los pantalones descaderados que apenas les cubren el pubis, el torso desnudo...