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Apenas el 52% de los encuestados considera que las cosas en Medellín van por buen camino, un aumento respecto al promedio de respuestas entre 2021 y 2023.
Por David González Escobar - davidgonzalezescobar@gmail.com
4 de cada 5 habitantes de Medellín se declara satisfecho con la ciudad como un lugar para vivir. Sin embargo, al mismo tiempo, 3 de cada 10 medellinenses reportaron que algún miembro de su hogar tuvo menos de tres comidas en la última semana debido a la falta de alimentos, alcanzando el máximo registrado desde 2006.
Este martes, Medellín Cómo Vamos presentó su más reciente Encuesta de Percepción Ciudadana, de donde provienen estos datos para 2024, una medición que esta entidad ha realizado por cerca de 20 años.
En esta más reciente edición de la encuesta, se vislumbra una ciudad envuelta en un aire de pesimismo, donde la percepción de numerosos indicadores de calidad de vida y de confianza en las instituciones, aunque muestran un leve repunte respecto a 2023, persisten en niveles preocupantes que contrastan con el alto nivel de satisfacción -cercano al 80%- que los habitantes de Medellín expresan sobre su ciudad como sitio para vivir. Apenas el 52% de los encuestados considera que las cosas en Medellín van por buen camino, un aumento respecto al promedio de respuestas entre 2021 y 2023, un periodo marcado por el desgobierno de Quintero y las dificultades que trajo la pandemia. Sin embargo, este nivel es muy inferior al optimismo cercano al 75% que hubo en promedio entre 2006 y 2020.
El 29% de los ciudadanos de Medellín se considera pobre, una cifra que solo ha sido superada por el 31% registrado en 2021, en el pico de la pandemia, y que contrasta fuertemente con los niveles de alrededor del 10% que se lograron a principios de la década de 2010.
Esta cifra se alinea con el 28% de las familias que reportan no haber podido tener tres comidas, un indicador que ha venido deteriorándose año tras año en la última década hasta alcanzar niveles máximos desde que existe esta encuesta. En la misma línea, solo el 64% de los encuestados está satisfecho con la educación pública que reciben los niños y jóvenes, un récord de insatisfacción.
Este pesimismo y deterioro en la percepción de calidad de vida en la ciudad, aunque no se traduce totalmente hacia la imagen del alcalde Federico Gutiérrez, sí podría estar teniendo sus efectos.
Si bien la imagen favorable de Fico en esta medición fue del 74% -una favorabilidad que lo ubica por encima de otros alcaldes del país y casi el doble de la que registró Quintero en 2023-, esta cifra sigue siendo inferior al promedio de su primer periodo, cuando su imagen favorable rondaba el 90%.
El reto de recuperar los indicadores de calidad y el optimismo en la ciudad luce complejo, especialmente al observar el historial de las finanzas públicas. Entre 2004 y 2013, según datos del mismo Medellín Cómo Vamos, la capacidad fiscal de la Alcaldía se duplicó, impulsada principalmente por el aumento de las transferencias de EPM y el Sistema General de Participaciones. Este periodo coincidió con un crecimiento real en la inversión pública y la creación de instituciones clave como Buen Comienzo. Sin embargo, tras liderar en inversión per cápita entre las principales ciudades del país hasta 2014, un estancamiento en los ingresos de la ciudad ha congelado la inversión pública por habitante en Medellín, lo que podría estar detrás del deterioro de varios indicadores sociales. El panorama no es alentador. Es urgente implementar ideas audaces para aumentar los ingresos recurrentes y la inversión en Medellín.
Adenda: esta semana salí como el segundo columnista más leído en Antioquia entre líderes de opinión, según Cifras & Conceptos. Gracias a todos quienes me leen, y en particular a Luz María Sierra por permitirme tener esta columna desde 2022. Ojalá sean muchos años más en estas páginas.