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Colombia en la globalización’t

El panorama inicial de los ridículos “aranceles recíprocos” de Trump podría ser más favorable para Colombia que para casi cualquier otro país del mundo que no comparta frontera con Estados Unidos.

hace 23 horas
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  • Colombia en la globalización’t

Por David González Escobar - davidgonzalezescobar@gmail.com

La era del libre comercio podría estar llegando a su fin. De materializarse el anuncio de Donald Trump de imponer “aranceles recíprocos” a prácticamente todos los productos de todos los países del mundo, se alcanzaría un nivel de tarifas arancelarias no visto desde la Gran Depresión.

Bajo la visión de “suma cero” que impera en su enfoque mercantilista, el gobierno de Trump calculó aranceles para todos los países sin utilizar datos arancelarios reales, sino estableciendo las tarifas exclusivamente en función del déficit comercial que cada país mantiene con Estados Unidos —es decir, si exporta más de lo que importa—.

Así, a mayor déficit comercial, mayores serán los nuevos aranceles aplicados a todos los productos; y en caso de superávit, se impondrá un arancel mínimo del 10%. Las únicas excepciones a esta fórmula, por ahora, son México y Canadá, salvados por el T-MEC.

Bajo esta lógica, los países más afectados son las economías manufactureras y exportadoras del este de Asia: Vietnam, Taiwán, Indonesia, Corea del Sur y, especialmente, China, que al sumar los nuevos aranceles a los ya existentes, podría enfrentar niveles arancelarios superiores al 60% si las medidas se mantienen.

Y, por la propia naturaleza de las medidas, América Latina salió comparativamente bien librada: la región —que en general compra más a Estados Unidos de lo que le vende— recibió el arancel mínimo del 10%. Por un golpe de suerte, frente a una medida tan irracional, el impacto directo de los aranceles de Trump para las economías latinoamericanas —incluida la colombiana— podría ser más moderado.

Basta con observar el caso de los productos que Colombia exporta a Estados Unidos para advertir que, dentro de todo, y en comparación con el estrés que probablemente se vive al otro lado del Atlántico y del Pacífico, los efectos de esta caótica semana no necesariamente serán tan negativos para las relaciones comerciales con Washington.

El petróleo y el oro, los principales rubros de exportación a Estados Unidos, quedaron exento de las medidas anunciadas esta semana. En el caso del café, competidores como Vietnam enfrentarán un arancel del 46%. En la exportación de flores —sector en el que Colombia ya representa más del 60% de las importaciones estadounidenses— el país también quedó en mejor posición frente a competidores como la Unión Europea, que enfrentará un arancel del 20%.

Una situación similar se presenta en otros productos agrícolas, con la excepción de algunos, como el aguacate, donde México podría ganar competitividad al estar exento de estas nuevas medidas gracias al T-MEC.

Para el ínfimo menos del 0,5% que representa Colombia dentro del total de importaciones estadounidenses, todo podría ser ganancia, especialmente si se considera el gran peso relativo que tienen los países asiáticos y europeos en el comercio con el Tío Sam, cuya competitividad sería duramente golpeada por el impacto de los nuevos aranceles.

Así las cosas, comparativamente, el panorama inicial de los ridículos “aranceles recíprocos” de Trump podría ser más favorable para Colombia que para casi cualquier otro país del mundo que no comparta frontera con Estados Unidos.

Eso no significa, en absoluto, que el efecto de estas medidas vaya a ser positivo: una desaceleración no solo en la economía de Estados Unidos, sino también a nivel mundial, sumada a un aumento en las expectativas de inflación como consecuencia directa de los aranceles, tendría fuertes impactos en el bienestar a escala global.

Pero, dentro de todo, aunque los aranceles de Trump no sean motivo para el optimismo, desde Colombia sí podemos permitirnos, al menos, ser un poco menos pesimistas...

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