El vistoso y brillante vuelo del colibrí samurái es el primer golpe de color de una película que derrocha, como un arcoíris, coloración, matices y tonalidades. El combate en defensa de su territorio de estos pequeños pájaros nos asombra y nos habla de su arrojo. La toma estática de uno de ellos mientras bate sus alas 60 veces por segundo nos maravilla. Este es solo el comienzo de una cinta que nos conmoverá, hasta la raíz, con cada imagen, cada sonido, cada descripción.
Con la maestría con que una elegante y pausada mariposa Morfo bate sus alas, o el armonioso planear de un cóndor, el lente de los camarógrafos de Colombia Magia Salvaje nos lleva de viaje por una majestuosa y muchas veces desconocida Colombia.
A través de sus cámaras vamos descubriendo...