Ocho años transcurrieron desde que Jairo Nieto y Alejandro González apostaron por un negocio poco común en ese momento para el país: la animación digital. Ahora, un gigante mundial de los videojuegos, llamado JamCity, compró su empresa y los convirtió en el mejor ejemplo colombiano de lo que es la economía naranja y su potencial en los próximos años.
Al principio, ambos creyeron que el cine animado era el camino al éxito, pero barreras de financiación, producción y comercialización se los impidieron. Aún así, alcanzaron a hacer dos cortometrajes animados en 2010, pero pudieron ver que incursionar en los videojuegos era la alternativa, tenían el talento para ello.
Así nació en Bogotá Brainz, un emprendimiento que no tenía la receta para hacer un juego divertido, pero sí todo el talento y las ganas. Aun así, Nieto y González se metieron de lleno en esa opción. Además, no existían las restricciones mencionadas del cine y había un boom con los teléfonos móviles.
La balanza era clara: hacer una película de animación, tipo Pixar cuesta cientos de millones de dólares, pero producir un videojuego como Angry Birds vale 150 mil dólares.
Las diferencias son abismales entre ambos productos y la idea se consolidó posteriormente con el respaldo de Mauricio Bejarano y su hermano Adolfo, dos inversionistas ángel bogotanos que participaron en una primera ronda de inversión y que dio oxígeno a este sueño de animación.
No solo se inyectó capital sino que la empresa comenzó a tomar un rumbo ascendente, con más elementos de estrategia empresarial, con visión financiera, cuajando así su apuesta de mercado.
Ambos cofundadores siguieron en esa búsqueda de hacer conexiones inteligentes y llegaron a Ruta N en Medellín, corporación que también les dio línea de crecimiento y les presentó un fondo de capital de riesgo paisa llamado Promotora de Proyectos. Este fondo nació en 2009 en el seno del Grupo Empresarial Antioqueño, en una apuesta visionaria por el fortalecimiento del ecosistema de innovación de Medellín y Colombia. Su objetivo es apalancar empresas que agreguen valor en negocios de ciencias de la vida y tecnologías de la información y comunicación (TIC).
“Son los dos sectores empresariales en los que concentramos nuestras inversiones. Brainz apenas había hecho juegos para marcas promocionales, pero reconocimos su talento, buenas habilidades y encajaban en nuestro portafolio”, comentó Juan Andrés Vásquez, gerente de inversiones del Fondo de Capital de Riesgo Promotora.
Desde 2011 a la fecha este fondo invirtió en Brainz 2,8 millones de dólares, aportes realizados en varios tramos.
“Entregamos estos recursos para lograr que la empresa se acelerara y se anticipara al mercado, capturando valor. Les aportamos estrategia, red de contactos, nos involucramos en sus comités financieros, comerciales y de mercadeo. Sin embargo, tenemos una política: no coadministrar con ellos”, agregó Vásquez.
La figura de estos fondos de capital de riesgo o venture capital, como se les conoce en inglés, apunta a ser estratégica para el desarrollo de un ecosistema de innovación y de emprendimiento. Se vuelven socios temporales y una vez encuentren a un comprador importante, salen de manera exitosa para quedar mejor.