En medio de una coyuntura compleja tanto en lo económico como en lo político y lo social, Comfama celebró su Asamblea de Afiliados con la invitación a pensar en el largo plazo, como lo hicieron hace 70 años sus fundadores. Así lo explicó su director David Escobar en diálogo con EL COLOMBIANO.
¿En qué consiste eso de pensar en décadas?
“Por esta época, hace 70 años, estaban sindicatos de trabajadores, empresarios y políticos inventándose la seguridad social colombiana y dentro de eso las cajas de compensación. Comfama fue la primera caja creada en Colombia.
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Esa gente que creó esta institución estaba en una dictadura, en medio de violencia, en medio de crisis económica, en la posguerra mundial. Y lo que hicieron fue fundar instituciones, no solo esta, fue una época de fundación de empresas e instituciones, universidades, fundaciones, el seguro social, las cajas de compensación. Es decir, esa gente, en medio de ese lío, lo que estaba pensando era, ¿qué hay que hacer para salir adelante?
Seguro esa gente desde el año 54 nos está mandando un mensaje y es, primero, no es la primera vez que Colombia ha estado en dificultades, pudieron haber sido peores en esa época. Y segundo, ¿qué es lo que va a hacer usted, qué es lo que van a hacer los líderes de Medellín y de Colombia en el siglo XXI, en el año 2024, para crear las instituciones, programas, organizaciones y empresas que necesitamos para las siguientes décadas? Entonces nosotros decimos, si hace 70 años nos pudimos poner de acuerdo el movimiento obrero, la iglesia católica y los que defendían la democracia liberal y el capitalismo alrededor de la seguridad social, por qué no vamos a ser capaces de ponernos de acuerdo alrededor de cómo organizar un sistema de salud entre distintos partidos políticos y entre distintas instituciones. Pongámonos de acuerdo y creemos los programas e instituciones que necesitan”.
¿Y cuáles fueron los resultados que presentó?
“Tuvimos un año súper bueno porque nuestros usos, que es lo que nosotros volvemos a valor social, desde parques hasta educación hasta empleo, todo creció por encima de cualquier inflación, de los afiliados y de la economía, quiere decir que más gente y empresas confían en nosotros. Tal vez la única excepción es crédito, porque era un año donde todos los que estamos en el mundo de los servicios financieros tuvimos un tema de tasas de interés y de riesgo que tuvimos que administrar.
Pero excepto eso, todos los indicadores son, sobre todo desde el impacto social, súper positivos. Desde lo financiero también, porque nosotros vemos lo financiero como para qué buscamos más ingresos, sean del cuatro por ciento (aporte parafiscal), sean de copago, sean de ventas empresariales, sean de alianzas, para hacer más tareas sociales”.
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¿Lo que viene ocurriendo con el sector salud le pone alguna presión a Comfama?
“Claro que nos genera estrés, y también nos genera desesperanza y coraje, porque hay un sistema de salud que hemos construido por varias décadas que tiene un montón de cosas valiosas. Las EPS como instituciones, cambien de nombre o no, hay que cuidarlas porque saben contratar, saben cuidar pacientes, saben manejar el riesgo en salud. Las clínicas y hospitales de este país, privadas, estatales y sin ánimo de lucro, hay que cuidarlas; necesitamos más clínicas, no menos clínicas. Los programas de la salud que tenemos hay que cuidarlos, y al mismo tiempo tenemos que reconocer que el sistema de salud colombiano tiene un problema de no ser un sistema suficientemente cuidador y preventivo.
No es un sistema que llega al último rincón de Colombia, porque hay zonas rurales que todavía no tienen los servicios de la calidad que la tenemos en las ciudades. Y que sobre todo en algunas regiones pudiera mejorar la calidad del trabajo de los profesionales de la salud.
Creemos que un pedacito de la solución a los problemas y desafíos del sistema de salud los hemos trabajado en este departamento, con Sura EPS, Savia Salud, Comfama, los hospitales sin ánimo de lucro. Es decir, la solución a esos problemas ya estaba dentro del sistema de salud anterior.
Y nosotros lo que hemos hecho todo este año, después de que hablamos de la última asamblea, es seguir sentados en la mesa, a través de Asocajas, a través de la ANDI, con el gobierno nacional, escribiendo documentos, hablando con congresistas.
Entonces, independiente de que la reforma se cayó en el Senado de la República, porque no logró el consenso necesario, creemos que el sistema necesita más dinero, que los colombianos tenemos que ponerle más dinero a la salud, y, por otro lado, unos ajustes que tenemos que concertar.
Si hace 70 años, en medio de tremendo lío, fuimos capaces de ponernos de acuerdo en cosas más grandes y más complejas, con mucho menos recursos y en un país muy distinto al actual, por qué no vamos a ser capaces de ponernos de acuerdo ahora.
Nuestra invitación es, pongámonos de acuerdo, volvámonos a sentar, busquemos un camino. Eso sí, cuidando las instituciones que hemos construido por tantos años. Es que el sistema de salud no necesita un borrón y cuenta nueva, necesita un ajuste muy cuidadoso, casi que una cirugía de precisión”.
¿Usted ha sentido apertura por parte del Gobierno Nacional de escuchar esas preocupaciones?
“Nosotros mantenemos la interlocución con el Gobierno Nacional y con el Viceministro de Salud. Y también tenemos interlocución directa con la mayoría de los congresistas que han estado trabajando en la discusión de las reformas. Ha sido un proceso difícil, eso lo ha visto el país, no ha sido un proceso organizado, concertado o de discusiones abiertas, más bien ha sido un proceso accidentado; pero nosotros confiamos en que somos capaces todos los colombianos y las instituciones que estamos metidos en salud de lograr un acuerdo. Todavía no se ha logrado.
Esta semana se anunció que había unas intenciones de unas EPS en convertirse en gestoras, pero eso no es nuevo, desde el principio se ha dicho que se podían convertir en gestoras siempre y cuando se conservaran las capacidades instaladas y los conocimientos materiales acumulados por décadas, que son necesarios para la gestión del riesgo en salud. La gestión del riesgo en salud suena muy elegante, pero es básicamente el cuidado de la salud de la gente. Entonces, lo que vamos a hacer con este nuevo documento que se ha publicado es analizarlo y si se presenta al Congreso de la República es participar en la discusión”.
¿La intervención a Comfenalco Antioquia le generó alguna preocupación en Comfama?
“Sí. En la Constitución colombiana se establecen unos mecanismos o unas circunstancias en las cuales el Estado puede intervenir a los actores económicos. Y en ese sentido nosotros somos un actor económico, operador de la seguridad social. Primero, hay que confiar en las instituciones, en que esas intervenciones se hagan de acuerdo con esas normas. Una intervención en Colombia debería tener unas razones muy claras, un debido proceso, incluyendo una segunda instancia y un término.
Y lo único que nosotros decimos, siendo respetuosos de las instituciones, es que confiar en que Comfenalco Antioquia es una institución que debería ser administrada, tener un plan de mejora, cumplir con los indicadores y lo más pronto posible ser devuelta a sus legítimos administradores, que son los empleadores afiliados y los trabajadores que los representan en el conjunto, y que ellos nombren la dirección que consideren.
Es muy importante que las cajas intervenidas, son 13 de 42 en Colombia, tengan todas una ruta, un cronograma, tanto legal como administrativo y financiero, para ser devueltas a sus legítimos administradores. Una intervención no se puede perpetuar.
A nosotros, claro que nos genera angustia, nos expresamos públicamente, tanto nuestra solidaridad a la gente de Comfenalco, sus trabajadores como a sus empleadores. Y lo que le hemos dicho a la Superintendencia, manteniendo ese respeto, es que debe haber un plan de trabajo para entregarla de nuevo.
Y en este país tenemos que madurar las normas bajo las cuales se hace una intervención, bien sea a una EPS o a una caja de compensación o a otras entidades, llámese servicios públicos o sector financiero, porque el Estado debería solamente intervenir este tipo de instituciones en circunstancias muy excepcionales. Yo creo que ahí Colombia tiene que hacer una mejora institucional. Esta situación de intervenciones no debería seguir así, porque hay un nivel de discrecionalidad muy alto en las entidades de vigilancia y control”.
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¿Cómo le pegó a Comfama la situación macroeconómica del país?
“Lo primero es que el año 2023 fue súper bueno, incluso teniendo en cuenta las circunstancias económicas. El PIB crece menos, el empleo crece menos, entonces los ingresos de la compensación familiar crecen menos o no crecen, y entonces a nosotros nos tocaba, con menos recursos, hacer lo mismo y más. Y tuvimos la fortuna de que las empresas nos compraron más servicios y la gente asistió más a las sedes y eso nos generó más recursos. También nuestras empresas filiales, la Panamericana, el Cesde y Cosmos tuvieron resultados muy buenos. Entonces todo eso agregado nos generó que si tú miras los informes del año pasado, casi que no se alcanza a ver en los números totales un año de crisis económica.
Pero detrás para lograr eso, lo que nosotros tuvimos que hacer fue adecuarnos, ahorrar en todo lo que pudimos para que la plata no la gastáramos en temas administrativos sino en servicios sociales, y organizar nuestra gestión de acuerdo a esa coyuntura. Para poner un ejemplo, en servicios financieros pudimos colocar mucho menos créditos de los que queríamos porque las tasas están muy altas, y nosotros para prestar plata tenemos que ir a pedir a prestar a los bancos, el banco nos presta y nosotros prestamos, pero con esas tasas tan altas no daban los números”.
Me sorprendió también los resultados de los parques, uno pensaría que ya en la ciudad hay muchísima oferta de entretenimiento, pero el crecimiento de los parques es bien particular. ¿Cómo lo explica?
“Sí, los parques casi llegan a 2.700.000 visitas y muy por encima de los números pre-pandemia. Nosotros después de la pandemia estábamos preocupados porque la gente iba menos a los parques, pero ya vamos creciendo a toda velocidad. ¿Qué es lo que ha pasado detrás de eso? Por un lado, hace 8 años teníamos 6 parques, hoy tenemos 17.
Lo segundo es llenarlos de contenido, cada vez más naturaleza y cada vez más contenidos culturales, porque los parques también son centros culturales”.
¿Cómo ve Comfama el comportamiento del empleo?
“La estructura del empleo en Antioquia está cambiando. Antioquia fue una región esencialmente agrícola en una época, hace muchas décadas, después fue muy industrial por Medellín, y ahora lo que estamos viendo es que cada vez son más importantes el turismo, la agroindustria, la agroindustria moderna, y otros servicios alrededor de la creatividad y la cultura, la música, etc. Y cada vez es menos importante dentro del total de la torta, la industria y los servicios administrativos. Tenemos que entender esos cambios. Por eso hicimos el proyecto de estrategia emergente de Antioquia, para encontrar que son las empresas enfocadas en nichos de alto valor, industriales y agroindustriales, y las empresas de la creatividad y de las del turismo, las que están generando los nuevos empleos de alto valor.
También hay cambios en la demografía, cada vez mayor participación de las mujeres, de los jóvenes en el empleo formal. Eso es muy importante.
Luego la coyuntura del año pasado. Antioquia tiene más o menos 3.200.000 empleos totales. De eso la mitad es formal, 1.600.000. El año pasado decrecieron los empleos en industria, construcción, servicios administrativos, todo lo de BPO, servicios generales, etc. Pero creció tanto el turismo que logramos compensar, también lo hicieron otros sectores menores como la salud.
¿Qué es lo que esperamos nosotros que pase en los siguientes años? A eso nosotros nos adecuamos y pensamos en formas de acompañar a las empresas, tenemos programas de educación técnica y de desarrollo empresarial para esos sectores y para promover los nichos de alto valor.
Para los siguientes años, lo que prevemos es seguir incentivando a las industrias que generan empleo de alto valor, acompañarlas a crecer. No solo hacerles barra, sino ser claves en el desarrollo de capital humano.
Y seguir insistiendo en que el país tiene que crecer. Si no hay crecimiento, no hay empleo, y si no hay empleo, no hay desarrollo. Nosotros no podemos seguir teniendo unos indicadores de crecimiento del PIB como los que tuvimos el año pasado y como los que se prevé para este año. Tenemos que desatar tanto los factores objetivos como los psicológicos, que es la incertidumbre y la discusión política si se quiere. Nosotros obviamente no resolvemos ese problema, pero lo que nos compete siempre es seguir dando un mensaje de optimismo. El año pasado Comfama invirtió 140 mil millones de pesos, este año va en 100 mil. Antes de cerrar la década habríamos invertido más de 600 mil millones de pesos. ¿Qué quiere decir eso? Si hay inversiones es porque hay confianza en el futuro, a pesar de la coyuntura”.
Mencionaba al turismo creciendo mucho en la ciudad. ¿Cuál es la opinión de Comfama frente a la problemática de explotación sexual de menores de edad en la ciudad?
“Lo primero es que nosotros acompañamos las acciones de la Alcaldía de Medellín y de los estamentos públicos en controlar, repudiar y hacer todo lo que puedan hacer para evitar cualquier caso de trata de personas o de explotación sexual infantil o de delitos basados en violencias de género de cualquier tipo.
Estamos acompañando a que las empresas del sector tengan cada uno su protocolo de violencias basadas en género, que todas las personas desde líderes hasta operativo estén informadas de cómo identificar y denunciar inmediatamente cualquiera de esas cosas. De esos delitos que ocurren, y como actores del sistema social de cuidado, desde el colegio, los preescolares y la salud.
Y por último, también hay que decir que nuestra propuesta ha sido no destruir ni atacar el turismo, porque el turismo no es el enemigo, los enemigos son las personas que cometen delitos, sean turistas o sean locales. Y eso lo tenemos que controlar. Pero el turismo es una potencial fuente de riqueza, no solo económica, sino cultural. Veamos el turismo como un desafío y como una oportunidad”.
También cambió en este año la administración de la ciudad, ¿cómo ve hoy a Medellín?
“En la alcaldía pasada tuvimos unos años donde no pudimos trabajar como nos gusta y como hemos trabajado con todos los alcaldes, gobernadores y presidentes de nuestra historia. Ahora, inauguramos una conversación tanto con el alcalde como con el gobernador, como siempre. Nosotros no tenemos color político, nuestra idea es siempre de colaboración en lo que sabemos hacer: vivienda, salud, educación, servicios financieros, emprendimiento. Estamos con ambos gobiernos trabajando en la construcción de sus planes de desarrollo y en alianzas para poderlos ejecutar mejor, como corresponsables del desarrollo de la región.
Estamos estructurando una colaboración en proyectos de vivienda; estamos trabajando conjuntamente para hacer apoyo técnico para fortalecer a las instituciones de la red pública de salud de Medellín y de Antioquia, tanto los hospitales públicos, los departamentos como la red pública de Metrosalud; y, por supuesto, estamos trabajando juntos para lograr, en la medida en que los números y el gobierno nacional así lo considera, la desintervención de Savia Salud, para poder seguir cuidando la salud de esos 1,7 millones de antioqueños, entre otras muchas cosas.
La administración nos ha abierto la puerta, nos ha invitado, y ahí estaremos como lo estamos con todas las que nos invitan. Hay que terminar el plan de desarrollo y habrá que ayudar a ejecutarlo. Pero no es esperar a que lo ejecute sobre lo público”.
