En las calles se habla del tema, pero las marcas son cautelosas y algunas lo manejan con más discreción que otras. No queda más que salir y conversar con las personas encargadas de vender vehículos nuevos y consultarles qué ha pasado en los casi dos años de reapertura tras la gran crisis que desató la pandemia.
La mayoría informa que los inventarios están al día, pero hay marcas y referencias que no se han desatrasado con los pedidos, y como dicen los asesores comerciales: “al cliente le toca tener paciencia”.
Datos de la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco), muestran que las tres marcas más vendidas en Colombia son Renault, Chevrolet y Toyota.
Las dos primeras ya tienen vehículos listos para entregar. La tercera, por lo menos en Antioquia, es como una suerte de fenómeno sociológico que casi nadie puede explicar. Es, a juicio de los vendedores, una marca aspiracional. Y a pesar de los precios y las filas de espera, la gente sigue encargando sus vehículos.
¡Siéntese y espere!
En un concesionario de Medellín, un asesor de Toyota nos atendió y comenzó por enseñarnos la Hilux doble cabina, con caja mecánica y motor impulsado a diésel. El precio está sobre los $210.000.000 y los tiempos de entrega rondan entre seis y siete meses.
Esa espera parece larga, mucho más porque antes de la crisis en fábricas y en puertos nadie le concedía un margen de tiempo similar a ningún fabricante, pero la dinámica del negocio cambió y ahora hay gente dispuesta a esperar periodos prolongados por ese vehículo predilecto.
Pero si un semestre parece un lapso irracional, en el caso de las Prado a diésel hay que aguardar hasta dos años para poderse subir y rodar en ellas. En el caso de las 4Runner se habla hasta de 18 meses.
“Se separan con un millón de pesos y toca tener mucha paciencia. Hay que advertir que el vehículo se cancela con el valor comercial que tenga para el momento de la entrega porque son muy susceptibles al precio del dólar y no es posible anclarlas al precio de hoy”, comentó el vendedor.
Como la demanda que hay por estos carros supera la capacidad para alimentar el mercado, nos explicó que la casa matriz trata de distribuir equitativamente la producción y a los concesionarios les llegan unas unidades para ir evacuando las órdenes que hay en cola.
¿Qué tiene de especial esta marca? —Le preguntamos— y él contestó con rapidez: “la gente compra Toyota y está dispuesta a esperarla por dos razones: porque a través de los años se le ha asociado con estatus y confort, y por la confiabilidad de las máquinas. Estas camionetas entran y salen de las trochas más duras y eso le gusta mucho al cliente antioqueño”.
Esta casa fabricante jala tanto entre los paisas, que inclusive se rumora que, a raíz de la escasez pospandemia, nació un negocio paralelo entorno a ella: pisar el vehículo, ponerse en lista de espera y luego revender el puesto por un mayor valor. Sin embargo, fue algo que durante el trabajo en campo no pudimos corroborar.
En todo caso, la marca vendió 25.634 unidades el año pasado y aumentó las entregas en un 34% (ver gráfico). El apetito que hay hacia ella se mantuvo pese a que los precios han subido más de 40% en sus modelos más demandados.
Las otras dos del podio
El año pasado, en Colombia se vendieron 262.338 vehículos y las compras aumentaron 4,8% frente al 2021. Este preámbulo para mencionar que Renault y Chevrolet tienen el 34,4% del mercado. Por ello, también consultamos cómo sigue la situación de sus entregas.
Una asesora comercial indicó que Renault tiene disponibilidad de casi todo el catálogo que ofrece, solo hay un tiempo de espera más largo en el caso de tres referencias: Capture, Alaskan y Koleos, que son ensambladas en Brasil. Sin embargo, aclaró que “tampoco estaríamos hablando de tres meses o más”.
Detalló que únicamente hay lista de espera con la Capture porque el semestre anterior no llegaron unidades, aunque dijo que ya se están poniendo al día con los pedidos pendientes.
La casa francesa igualmente ha sentido el impacto provocado por la crisis global de suministros. Y en efecto, los precios han tenido variaciones considerables. Por ejemplo, el Kwid Zen está en $56,2 millones, mientras que en 2019 se conseguía en $32,9 millones.
Ariel Montenegro, CEO de Renault comentó que “hay algunos productos con un plazo de entrega mayor. Sí hemos tenido algunas interrupciones en la cadena de suministro. Esta ya es la nueva normalidad que tenemos en nuestra industria, porque el impacto de la proveeduría de chips no terminó en el 2022 y no terminará en 2023”.
“Esto nos debe hacer muy flexibles en la organización de nuestra producción semana a semana, mes a mes”, añadió.
Por los lados de Chevrolet también encontramos un panorama más favorable. La vendedora que atendió las preguntas señaló que hay disponibilidad en varias referencias.
“Tenemos disponibilidad en carros como el Joy, el Onix, la Tracker y la Captiva. Los que sí pueden estar más demorados, de pronto, son las Equinox, pero en productos de gama media hay entrega inmediata”, detalló.
Una referencia que serviría para observar los incrementos en esta marca es el Onix, cuya versión más básica se conseguía desde $46,1 millones en 2019, mientras que actualmente no baja de los $72,9 millones.
¿Ya pasó lo más duro?
Los asesores comerciales sintieron el desajuste del mercado tan pronto inició la reapertura económica finalizando el 2020. Uno de ellos narró que en su concesionario retornaron a la presencialidad en marzo de 2021, es decir, casi un año después de haberse ordenado la cuarentena total en Colombia.
“Cuando yo volví al concesionario solo teníamos un carro exhibido en la vitrina y ya estaba vendido, nos tocó pagarle al cliente para que nos dejara tenerlo un poquito más mientras llegaba la reposición”, relató.
Con base en sus cinco años de experiencia como vendedor, 2021 fue el año más difícil en el negocio por la escasez de vehículos. Las personas que compraban tenían que esperar la entrega y los pedidos se iban acumulando.
Esa demanda insatisfecha fue la que abrió espacio al encarecimiento de los vehículos usados, toda vez que el temor al fantasma del covid-19 estaba muy fresco y mucha gente no quería exponerse en el transporte público.
“A un cliente le vendí una Ford Ranger en $163 millones, aproximadamente, eso fue en mayo de 2021, y él la vendió 15 días después en $174 millones”, comentó.
La interrupción mundial en las cadenas de suministro le dio un vuelco al sector de los vehículos, pues este asesor recuerda que hasta 2019, era común que un carro se desvalorizara apenas salía de las agencias, pero hoy pasa todo lo contrario: los propietarios están ganando cuando venden un carro de segunda, “a no ser que tengan afán de venderlo y les toque bajar el precio”, explicó.
Otra asesora señaló que los problemas con respecto a la inflación desbordada en Colombia no se sintieron ni en 2021 ni en buena parte de 2022: “La verdad, aquí llegan clientes que compran carros de contado. Y aunque hay días quietos, siempre hay movimiento”.
¿Se normalizará el mercado?
Juliana Rico, directora de la Cámara de la Industria Automotriz de la Andi, mencionó que las dificultades en las cadenas logísticas globales no se han normalizado del todo.
“Todos sabemos que hay un escenario de mayor demanda y dificultades logísticas debido a esa mayor demanda. Y por otro lado, están las restricciones en China a causa de los rebrotes del covid, eso afecta la producción de suministros, como los chips, y seguirá teniendo impacto sobre estos productos electrónicos”, detalló.
Explicó que la mejoría en la disponibilidad es gracias a que “los grandes productores de vehículos vienen buscando proveedores sustitutos en los componentes, aunque sin desconocer que los chinos siguen siendo los grandes proveedores mundiales”.
En cuanto a los precios, manifestó que factores como la evolución de las políticas en China y el precio del dólar son variables que seguirán incidiendo y son difíciles de predecir.
En eso coincidió Eduardo Visbal, vicepresidente de Comercio Exterior y Vehículos de Fenalco, quien agregó que “es un tema complejo, nadie podrá decir si el precio subirá de una manera uniforme, lo único que sí puedo decir es que no es deseable que los precios suban porque la competencia es dura”.
“Los precios también estarán afectados por las tasas de interés, una gran parte de los vehículos en Colombia se compran con crédito, entonces el panorama de precios es complejo y depende de cada marca”, puntualizó
4,8%
anual crecieron las ventas de vehículos nuevos en 2022, según Andemos.