Las tasas de interés en Colombia se quedaron estacionadas en 13,25%, dado que ayer la Junta Directiva del Banco de la República, de manera unánime, decidió dejarlas quietas.
Esta es la primera pausa que le dan al costo de los préstamos interbancarios después de 14 incrementos consecutivos, registrados entre septiembre de 2021 y mayo de este año.
De todas maneras, esas tasas son las más elevadas que se aplican en el país desde 1999 y responden a la elevada inflación se vive desde hace dos años. Precisamente, según Leonardo Villar, gerente del banco central, ese fue el factor que más incidió en la reciente decisión.
Los precios se enfrían
Los miembros de la Junta tuvieron en cuenta que los precios para el consumidor ajustaron dos meses de desaceleración. Y hay que mencionar que, según el Dane, el costo de vida tocó techo en marzo (13,34%) y empezó a moderarse entre abril (12,82%) y mayo (12,36%).
Igualmente, se informó que pesaron otros temas que pueden afectar el costo de vida en adelante. Entre esos, la tasa de cambio peso-dólar. En ese sentido, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, indicó que la caída del dólar en lo que va de 2023 (-13,1%) tiene un menor impacto en productos importados.
“Eso es algo importante a considerar porque contribuye a bajar la inflación y el único factor en contra actualmente es el precio de los combustibles”, señaló el funcionario.
Vale recordar que el gobierno inició una política de ajuste en el precio de la gasolina desde octubre del año pasado y el galón de corriente acumula un alza de $2.650. Sin embargo, el valor del diésel todavía no ha tenido incremento para no afectar el costo del transporte terrestre de carga y evitar que se encarezcan los alimentos.
Al consultarle de cuánto sería el incremento que se aproxima, Bonilla contestó que la ministra de Minas, Irene Vélez, será quien comunique la noticia, pero sí manifestó que “la política seguirá la tendencia de meses anteriores, preferimos por ahora cerrar la brecha de gasolina, antes de empezar a tocar el diésel”.
En todo caso, el gerente del Banrep expuso que “las fuerzas hacia una reducción de la inflación son mayores que las que teníamos hace meses, la tasa de cambio es favorable y tenemos una demanda que se ha ajustado de manera considerable y contribuye a frenar las presiones”.
Muestra de ese freno en el gasto de las personas llegó con el más reciente Índice de Seguimiento a la Economía (ISE), que en abril cayó 0,78% frente al mismo mes de 2022, siendo el primer retroceso registrado en más de dos años. Además, allí se notó que comercio fue la actividad que más se contrajo, síntoma del menor apetito que hay por las compras de bienes no esenciales.
Con todo eso en mente, las expectativas de los analistas, según Villar, apuntan a una inflación del 6,4% en un término de 12 meses, mucho más cerca del rango meta (3%). De hecho, el gerente indicó que, bajo los escenario que se vienen revisando, el costo de vida en Colombia regresaría al techo objetivo a finales del 2024.
Sin embargo, el Fenómeno de El Niño que se aproxima podría ser el nubarrón que oscurece el paisaje que está monitoreando la Junta. En relación con ello, Villar argumentó que el efecto de la sequía podría sentirse el año entrante. No obstante, anotó que “lo que hemos visto que un Niño fuerte podría tener un impacto de 1% en la inflación, pero aun no sabemos, hoy nos compete revisar la información que tenemos”.
Algunas expectativas
El ministro de Hacienda dejó claro que no es posible determinar cuando empezarán a bajar las tasas y afirmó que “la buena noticia es que queden inalteradas”.
Añadió que quieren ser cautos con las decisiones que se tomarán, especialmente porque un paso erróneo podría revertir la moderación conseguida hasta ahora en el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Frente a ese mismo interrogante, el gerente del Banco de la República señaló que “hay información nueva cada mes y eso alimenta las decisiones que vamos tomando”.
Sergio Olarte, economista principal de Scotiabank Colpatria, aseveró que con la reciente decisión “se dejó entrever que en el escenario base, con la información que se tiene ahora, la idea es no seguir subiendo la tasa de interés en el futuro cercano”.
“Más bien —agregó— sería esperar a que se consolide la desaceleración de la inflación, a que la reciente apreciación en el tipo de cambio ayude a que los bienes importados continúen bajando de precio y de esa manera en unos tres o cuatro meses comenzar a bajar la tasa de interés”.
Desde la óptica del especialista, “lo que vemos hoy es una buena noticia, por fin acabamos el ciclo de alzas de tasas de interés igual que se comenzó a desacelerar la inflación, de esta manera esperamos que en julio también se mantengan las tasas inalteradas a 13.25%”.