La idea de JetBlue era comprar a esa línea aérea por unos US$3.800 millones, y en ese sentido también generó alerta que su endeudamiento después de la movida fuera considerablemente más alto.
En su momento, la caída del negocio provocó un desplome de 48% en las acciones de Spirit, mientras que las de JetBlue sufrieron una contracción del 5%.
Al respecto, Conor Cunningham, analista de Melius Research, dijo en un informe que “vemos un continuo consumo de efectivo durante los próximos años en Spirit, y una compañía que necesita seguir reuniendo capital para sobrevivir”.
Otros analistas consideran que Spirit podría bajar los precios a “niveles escandalosos”, con tal de conseguir el flujo de caja que requiere.
Además, el portal local Fortune recordó que Spirit no ha logrado ganancias importantes desde pandemia y que varios aviones han tenido que quedarse en tierra por problemas en los motores.
En efecto, tendrá que dejar alrededor de 26 aeronaves en tierra cada mes para que sean revisados.
Tras la pandemia, las aerolíneas han tenido que repensar sus estrategias luego de la difícil situación financiera en que aterrizaron, y en Colombia se recuerdan casos como los de Viva o Ultra Air, que terminaron quebrando.