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Salario mínimo no cobijará a más de 18 millones de colombianos

Para ellos, un incremento elevado representa un mayor costo de vida y más informalidad.

  • El ingreso de más 18 millones de personas no aumenta con base en lo que se pacte en la negociación. Y aunque la Corte Constitucional estableció que se deben ajustar anualmente este tipo de salarios con base en la inflación, para compensar la pérdida de poder adquisitivo, esto no es obligatorio para los empleadores. Foto: Edwin Bustamante
    El ingreso de más 18 millones de personas no aumenta con base en lo que se pacte en la negociación. Y aunque la Corte Constitucional estableció que se deben ajustar anualmente este tipo de salarios con base en la inflación, para compensar la pérdida de poder adquisitivo, esto no es obligatorio para los empleadores. Foto: Edwin Bustamante
13 de diciembre de 2022

Ni al tendero de barrio, ni al vendedor que trabaja en la informalidad y ganan por debajo del salario mínimo, ni al asalariado que ya devenga más de $1 millón, les subirá el sueldo con el alza que se está negociando entre los sindicatos y los gremios, a instancias del Gobierno. Sin embargo, el aumento en el costo de vida sí lo están asumiendo todos.

Y es que, a cuatro días de que se cumpla la fecha límite para lograr un acuerdo entre los gremios empresariales, las centrales obreras y el gobierno, lo que más sigue preocupando y generando tensión es la pérdida de poder adquisitivo de los colombianos, dada la creciente inflación, que a noviembre llegó a 12,53% en su variación anual, y que ya absorbió el histórico aumento de 10,07% que tuvo el salario para este año.

Los más impactados

Las recientes cifras del Dane, presentadas ante la mesa de concertación, demostraron las brechas salariales que aún persisten en el país.

Según la entidad, solo el 15,7%, 3,42 millones de personas recibe un ingreso mensual correspondiente al salario mínimo legal vigente; mientras el 43,1% de la población (más de 9,43 millones de personas) reciben menos del ingreso estipulado por la ley; y más del 41% percibe un ingreso mayor que el mínimo. (Ver gráfico).

Así, el ingreso de más 18 millones de personas no aumenta con base en lo que se pacte en la negociación. Y aunque la Corte Constitucional estableció que se deben ajustar anualmente este tipo de salarios con base en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), para compensar la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores, esto no es obligatorio.

“El incremento salarial debe balancear dos elementos: mantener el poder adquisitivo de los trabajadores formales que ganan el mínimo y no incrementarle la ‘vara’ a esas personas que tienen ingresos mayores o menores a esa cifra, ya que un alza grande los termina perjudicando, porque hace más difícil el enganche a un empleo formal, debido a los costos salariales frente a la productividad laboral”, explicó Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.

En este sentido, diferentes sectores de la economía están a la espera del incremento salarial para ajustar sus cuentas. Por ejemplo, Duber Ledesma, director ejecutivo de Centro Unido, gremio que agrupa a los comerciantes del Centro de Medellín, afirmó que están a la expectativa de dicha decisión para tomar decisiones en cuanto a empleablidad y producción.

“Si bien los dueños de los comercios del Centro de la ciudad, que tienen a cargo un número grande de empleados, aún no han definido un aumento específico para aquellos que tienen ingresos mayores o menores a un mínimo, muchos sí están pensando en reducir personal para el próximo año y, en cambio, mejorar la competitividad y productividad. Ahora, el reto que ven es lograr que con menos empleados se pueda tener la misma efectividad, porque el problema es que aumenta el mínimo, pero no el nivel de producción, porque los costos en materia primas y proveedores también se encarecen”, apuntó Ledesma.

Y agregó que algunos comerciantes están optando más por sacrificar la tasa de empleabilidad, que por incrementar el precio del producto final. “Por ejemplo, los más de 20.000 vendedores ambulantes que hay en el Centro se verán muy afectados porque para ellos no aplica el incremento, pero sí suben los precios de los insumos que utilizan. Y si trasladan eso al consumidor, pues las ventas pueden disminuir”, dijo.

A los que ganan más

Las centrales obreras propusieron al gobierno un incremento del 20% del salario mínimo; sin embargo, si un empresario le aumentara ese porcentaje a toda su nómina, esto representaría lo mismo que si por cada cinco empleados se contratara uno nuevo. ¿Cuántas empresas tendrían el músculo financiero para soportarlo?

Y, por el contrario, si el incremento de toda la planta de personal se hiciera con base en la inflación, esto equivaldría a que por cada ocho empleados se contratara uno. Esa es la posición en la que quedan los empleadores cuando se presentan altos niveles de inflación.

Pero de otro lado, están las necesidades de los empleados que cada día van a mercar y les alcanza para menos, pues, según el Dane, los alimentos se han encarecido 27,08% en el último año. Pero no es solo eso, se han presentado encarecimientos en artículos para el hogar, en la alimentación en restaurantes, en prendas de vestir, entre otros, mientras ningún grupo de la canasta básica ha bajado de precio.

Informalidad

Centros de pensamiento como Anif y Fedesarrollo han advertido que si bien la mejora del poder adquisitivo de quienes ganan un mínimo persigue un objetivo loable como lograr un mejor nivel de vida para los trabajadores, un alza excesiva puede llevar a efectos indeseables como aumentos en los niveles de informalidad.

En este sentido, Felipe Pinilla, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Leche (Analac), la discusión salarial en Colombia se debería centrar en que el porcentaje de aumento no siga siendo esa línea que incentiva la informalidad, sobre todo en sectores como el agro, donde más de la mitad de los trabajadores son informales.

“Este incremento debe acompañarse de una política adaptada a la realidad de los sectores, en este caso del campo, la cual motive a los empleadores y empleados a estar en esa estructura formal”, sostuvo Pinilla.

Por su parte, desde Aliadas también han señalado que un incremento superior a la inflación generaría brechas laborales. “Será más costoso contratar mano de obra y se hará más difícil disminuir la informalidad laboral. Adicionalmente, menos trabajo formal requerirá de un mayor esfuerzo fiscal del gobierno en salud y en pensiones para atender a los informales en el régimen subsidiado”, indicó el gremio.

Por el momento, tanto los trabajadores como los empleadores del país están a la espera de que este 15 de diciembre se llegue a un acuerdo sobre el salario mínimo legal.

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