Fernández ejerce actualmente en Fedesarrollo y es docente asociada de política macroeconómica de la Universidad del Rosario, además de ser reconocida por su conocimiento en mercado laboral, mientras Ulyssea es profesor de la facultad de Economía del University College de Londres e investigador del Instituto de Estudios Fiscales, IFS.
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¿Qué dice su estudio? En resumidas cuentas, que la reforma propuesta por el Gobierno podría castigar más a los trabajadores con grado de bachiller, mientras que los salarios de trabajadores informales calificados caerían entre 12 y 25 pps.
Esto, apuntan, “tendría impactos positivos en las empresas ya informales y podría incentivar a las empresas formales a convertirse en informales, así como una mayor entrada a la informalidad de las pequeñas empresas”.
Y agregan que “el hecho de que la reforma de 2002 no haya tenido un impacto significativo en la informalidad y el empleo no implica que ocurra lo contrario con una reforma que la revierta”.
Entre sus consideraciones, tienen en cuenta que la reforma laboral propuesta aumenta la carga y los costos de los despidos. “El objetivo es proteger a los trabajadores, pero también hace más costosos y rígidos los contratos formales”.
Los académicos recuerdan que la propuesta fija las horas extras nocturnas después de las 19 horas; aumenta los recargos de días festivos y domingos al 100% y limita las horas nocturnas por trabajador a un máximo de 2 por día y 12 por semana. “El costo estimado de esta nueva regulación es un aumento de entre 1,9 y 3,8 pp de los salarios”.
Además, consideran que uno de los impactos más fuertes de la reforma está relacionado con los contratos de aprendizaje, teniendo en cuenta que fija un piso salarial mínimo y duplica el número de aprendices, a razón de un aprendiz por 10 trabajadores, en las empresas con más de 200 trabajadores.
El impacto estimado de esto último “es un incremento del coste laboral de entre 0,43 y 2 pp de salarios, dependiendo de la tasa de incumplimiento”.