Hoy, el Gobierno podría tener su segunda gran victoria de la legislatura en Cámara de Representantes, una vez se debatan seis artículos que restan para que la reforma laboral pase su primer debate en Comisión Séptima y llegue con vida al próximo período de sesiones en el Congreso. La noticia se sumaría a la aprobación de la reforma pensional el viernes pasado, pero en este caso hubo un precio alto.
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Es que en lo que se ha debatido de la laboral se han eliminado 23 artículos, y de ellos un bloque de 20 tienen que ver con la ampliación de los derechos sindicales, que era justamente una de las grandes banderas la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez.
Por ejemplo, se eliminó el artículo 66 que contenía el procedimiento sumario de protección de los derechos sindicales, en el que se establecía el abecé jurídico con el que los trabajadores y sus organizaciones podrían acudir ante un juez para protegerse ante conductas antisindicales.
También se suprimieron las medidas que modificaban las normas sobre subdirectivas y comités seccionales de los sindicatos, y las de los trabajadores amparados por el fuero sindical en las organizaciones.
Tampoco estará en segundo debate el artículo que define que la negociación colectiva en cualquier nivel deberá adelantarse con unidad de pliego, unidad de comisión negociadora, unidad de mesa de negociación y concluir en la suscripción de una única convención colectiva de trabajo.
La proposición que tumbó este grupo de artículos fue encabezada por 12 representantes de diferentes partidos como el Centro Democrático, La U, el Partido Conservador, el Liberal y Cambio Radical, quienes no veían consenso para que pudieran pasar a segundo debate.
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La decisión fue cuestionada por las centrales obreras CUT, CGT y CTC, que en un comunicado conjunto aseguraron que esta parte colectiva introducida en la reforma laboral hace parte de la modernización de las relaciones laborales y está determinada por los estándares internacionales que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha recomendado para el país.
“Reiteradamente se ha dicho que entre más sindicalismo haya en un país es una muestra de la vida democrática inherente a esa sociedad. De esta manera eliminar de la reforma laboral la parte colectiva desde una institución de la democracia como el Congreso es atentar contra la misma democracia”, continuó el pronunciamiento de los sindicatos.
Esa postura fue secundada por el Ministerio de Trabajo, que dejó una constancia de su desacuerdo con la decisión tomada de eliminación, “toda vez que diversas instituciones internacionales como la OIT, la Comisión de Empleo de la Ocde, los gobiernos de Canadá y Estados Unidos” han exhortado a Colombia a que cumpla con los estándares internacionales sobre relaciones laborales.
Para la cartera, no será posible cumplir con los estándares y recomendaciones de estos organismos internacionales “si existe una cultura antisindical”; según el ministerio, en el país se observa en que solo el 4,5% de la fuerza laboral está sindicalizada.
En consideración de Fenalco, gremio de los comerciantes, el contenido sindical de la reforma dejaría por fuera de las decisiones a muchas empresas, “obligándolas en todo caso a asumir costos que no podrían pagar, resulta especialmente delicado para las mipymes”.
Para el gremio, el proyecto desconoce el derecho constitucional a no afiliarse, obligando a los trabajadores no sindicalizados a pagar cuotas por beneficio convencional y prohibiendo los pactos colectivos, impidiendo beneficios para ellos.
Según el representante del Centro Democrático, Andrés Forero, haber tumbado estos artículos, que también permitían “desregular las huelgas y fortalecer de manera arbitraria a los sindicatos, por razones estrictamente políticas”, fue un triunfo con un sabor agridulce, pues en todo caso la reforma sigue su curso.
“El proyecto sigue siendo inconveniente, no está propiciando la generación de empleo ni combatiendo el problema de la informalidad, pero por lo menos el elemento más nocivo, que era el que buscaba generar una mayor conflictividad entre trabajadores y empleadores, afortunadamente es cosa del pasado”, siguió el representante.
Se espera que hoy, o a más tardar el miércoles, la reforma laboral quede lista y pase para el siguiente debate en la próxima legislatura, en la cual también deberá llegar a plenaria y luego al Senado, si quiere ver luz.