La polarización y el revuelo que causó la privatización de la empresa de generación y comercialización de energía eléctrica Isagén era muy evidente en 2016. Hoy que está en discusión la financiación de las vías 4G, que supuestamente iban a construirse con el dinero de esa enajenación, la pregunta obligada es: ¿Qué pasó con ese dinero y por qué algunos dicen que su inversión no se vio?
Los mayores críticos expusieron que la empresa significaba una entrada de recursos a la Nación y era innecesaria su venta, mientras que el Gobierno de Juan Manuel Santos insistió en que ese dinero era esencial para culminar su plan de desarrollo de las famosas vías de cuarta generación (4g).
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Finalmente, el negocio se cerró. En enero de 2016, la multinacional canadiense Brookfield Corporation adquirió la participación del Gobierno Nacional y se convirtió en el accionista mayoritario de la compañía.
Ante las críticas, el entonces ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, defendió que la generación de energía no estaría en riesgo. Sostuvo que los recursos reposarían en las arcas de la Financiera de Desarrollo Nacional (FDN), donde se apalancarían los créditos para construir las obras de infraestructura de cuarta generación. Nada iría al Presupuesto General de la Nación.
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Recientemente en redes sociales el tema ha vuelto a tomar fuerza a raíz de la vaca que está gestionando la Gobernación de Antioquia para terminar de construir las vías 4g, ante la falta de apoyo presupuestal del Gobierno Nacional.
Algunos usuarios en redes sociales volvieron tendencia a Isagén: “¿Qué pasó con la plata de Isagén, no que era para financiar las vías 4g y están pidiendo hacer vaca?”, se quejaron algunos.
Lo cierto es que el negocio dejó $6,5 billones, lo que de acuerdo con conocedores del tema era muy poco dinero para todo el plan de vías 4g que pretendía levantar el Gobierno Santos.
Las concesiones viales y los expertos en vías de cuarta generación coinciden en que ese dinero solo se trataba de una pequeña inversión dentro del desarrollo de vías. De hecho, según información del Ministerio de Hacienda, en ese entonces, su plan de inversión de las 4g era de $45 billones, es decir que lo recaudado con la venta de Isagén solo representaba un 11% del capital para la modernización vial.
Aún así, algunos antioqueños creen que la inversión sí se vio. Uno de ellos es el representante a la Cámara Daniel Carvalho. El congresista argumentó que en los gobiernos de Juan Manuel Santos e Iván Duque hubo grandes proyectos de 4g que pasan por este departamento.
En eso coincidió el exministro de Hacienda en el Gobierno de Iván Duque y actual rector de la EIA, José Manuel Restrepo Abondano. El académico sostuvo que es innegable el avance: “Se han logrado inversiones de más de $190 billones y eso permitió que el país avanzara (...), pero sí hemos logrado conectar regiones productoras con los puertos marítimos, lo que pasa es que los desafíos son grandes”, dijo.
Claro que no todos están de acuerdo. Uno de ellos es el exsenador y líder de Dignidad, Jorge Enrique Robledo. Este cree que históricamente el dinero que se obtiene de las privatizaciones de compañías estatales terminan convirtiéndose en plata de bolsillo.
En su concepto, un caso muy parecido es la venta de ISA a Ecopetrol por $14,2 billones. “Nadie sabe qué pasó con esa plata”, indicó Robledo.
Al parecer la construcción y financiación de las vías 4g siempre ha generado debate. Esta nueva discusión entre el Gobierno Nacional y la Gobernación de Antioquia solo se trata de un episodio más al cuál habrá que poner atención no solo al avance, sino también a los recursos.