El precio del oro alcanzó los US$3.500 por onza troy, alcanzando un nuevo máximo histórico, ante los temores de que el presidente Donald Trump pudiera solicitarle la renuncia al presidente de la Reserva Federal (FED), Jerome Powell, que llevaron a que los inversionistas buscaran refugio en activos denominados en monedas diferentes al dólar estadounidense.
Según Bloomberg, el oro se ha valorizado cerca de 32% durante el presente año, superando el desempeño de casi todos los principales tipos de activos financieros.
A su turno, Quásar Elizundia, estratega de Investigación de Mercados de Pepperstone, destacó que los futuros del oro superaron este martes por primera vez la barrera de los 3.500 dólares por onza, mientras continúa la incertidumbre en el mercado.
“Aunque el rally se ha ido consolidando durante meses, los recientes acontecimientos políticos en EE.UU. han inyectado nueva volatilidad en los mercados mundiales. La creciente preocupación por los ataques políticos a la Reserva Federal y la desaceleración económica mundial han provocado un giro hacia el oro”, anotó.
Igualmente, mencionó que este movimiento se produce en paralelo a una reconfiguración mundial más amplia. Los bancos centrales, sobre todo los de las economías emergentes, podrían estar desplazando sus carteras de valores del tesoro estadounidense hacia el oro, contribuyendo así a una demanda sostenida. Además, la última bajada de tipos del Banco Central Europeo también será beneficiosa para los activos sin rendimiento, como el oro. Las tensiones geopolíticas añaden otra capa de incertidumbre.
“De cara al futuro, si la confianza en las autoridades monetarias sigue erosionándose y persiste la incertidumbre geopolítica y económica, es probable que los precios del oro prolonguen su impulso alcista y alcancen nuevos máximos”, añadió Elizundia.
Esta coyuntura coincide con la presentación que hizo hoy el Fondo Monetario Internacional de su informe World Economic Outlook (WEO), en el que se proyecta que el crecimiento económico global se desacelerará a 2,8% en 2025 y 3,0% en 2026, por debajo del 3,3% para ambos años estimado en enero.
Esta revisión responde principalmente al aumento de las tensiones comerciales, especialmente por los nuevos aranceles implementados por EE. UU. el pasado 2 de abril y las contramedidas de sus socios comerciales, lo que ha elevado la incertidumbre de política económica a niveles históricos. En comparación con el promedio de crecimiento de 3,7% entre 2000 y 2019, las nuevas proyecciones reflejan una desaceleración marcada de la economía mundial.