En los últimos días revivió la tensión entre el Gobierno Nacional y los transportadores. El alza del diésel volvió a ser tema de debate a raíz de que el nuevo ministro de Hacienda, Diego Guevara, reafirmara la necesidad de elevar el precio de los combustibles y los gremios amenazaron con un nuevo paro.
Para entender la situación hay que tener claro que predomina una puja entre ambas partes. Por un lado, el Ejecutivo enfrenta serios problemas de caja y el Fondo de Estabilización de Precios (FEPC) le representa una billonada de inversión anual.
El Ministerio de Hacienda ya ha advertido que el Acpm representó el 62,6% del déficit de los combustibles entre 2022 y 2023.
De hecho, las cuentas de Hacienda indican que si no se ajusta el precio del diésel, el hueco en el Fondo de Estabilización de Precios del Combustible ascendería a $11,6 billones en 2024 y $12,8 billones este 2025.
Por esa razón, el mandato de Gustavo Petro logró desmontar el subsidio en el precio de la gasolina entre 2022 y 2023, incrementando cerca de $6.000 en el precio para el público final. Si bien, la decisión significó un choque con el gremio taxista, finalmente se logró un acuerdo y se culminó con el alza.
La situación con el Acpm ha sido más complicada. Desde un principio, los gremios transportadores manifestaron su descontento con la intención de elevar los precios de los combustibles.
Tras la férrea posición de los transportadores, se emprendieron más de 10 mesas de negociación que no culminaron en un acuerdo definitivo.
A finales de agosto de 2024 y tras los fallidos diálogos, el Gobierno anunció un incremento de $1.900 en el precio del galón de dicho combustible. La respuesta fue inmediata: los camioneros entraron en un paro que derivó en bloqueos en las principales vías del país.
La presión del gremio fue tal que el Gobierno tuvo que sentarse otra vez a negociar y dar un paso atrás en su decisión. De allí nació un acuerdo de 15 puntos que levantó las protestas y fijó un ajuste inicial de $400 y otro de igual valor que comenzó a regir a principios de diciembre del año pasado (para un alza total de $800).
El consenso calmó la marea, pero ahora la puja se avivó porque los camioneros temen que el Ministerio de Hacienda anuncie una nueva alza. En ese caso, la advertencia de los gremios es tajante: habría un nuevo paro camionero.
Alfonso Medrano, presidente de la Asociación de Camioneros de Colombia (ACC), cree que el Gobierno está incumpliendo parte de ese acuerdo. “Va a subir los peajes y no quiere ajustar el Sice-tac a la realidad”.
La queja puntual de Medrano obedece a que el Gobierno se comprometió a estudiar la fórmula con la cual se determina el precio del diésel, pero aseguró que, a la fecha, no se ha avanzado en dicho objetivo. De hecho, uno de los acuerdos fue suspender las alzas de ese combustible hasta lograr transformaciones estructurales en el transporte de carga.
Y es que, en su momento, el exministro de Hacienda Ricardo Bonilla dijo que el galón debía subir $6.000 para equilibrarse al precio internacional.
Otra cosa piensan los camioneros, que consideran que ese combustible no debe cobrarse al precio internacional. Alegan que en Colombia se produce el crudo y hay refinerías. “Ganamos en pesos y nos quieren cobrar en dólares”, manifestó Medrano.
Y mientras los transportadores expresan su inconformidad, el Gobierno argumentando que cada arranque de año llega con indexaciones de algunos componentes de la estructura de precios, ya aplicó el primer ajuste del año.
La sobretasa al acpm, las tarifas de transporte de poliductos y los biocombustibles se cuentan como “ajustes reglamentados” y no corresponden a decisiones del Gobierno.
Así, 1° de enero el precio de venta al público del acpm se ajustó en $169 (precio de referencia en Medellín $10.748), mientras el precio de la gasolina se ajustó en $91 (galón en Medellín a $16.009). Los transportadores aún no se pronuncian.
Costos de fletes preocupan a transportadores
Otra petición frecuente de los transportadores es ajustar el funcionamiento del Sice-tac, que es el Sistema de Información de Costos Eficientes para el Transporte Automotor de Carga en Colombia.
Se trata de una plataforma de información para calcular los costos de operación de transporte según rutas específicas en Colombia. El meollo del asunto es que los gremios argumentan que dicho sistema está desactualizado y, por ende, no opera de manera adecuada y no refleja los cálculos adecuados para cada viaje de carga.