Luego de 14 meses en descenso, la inflación repuntó nuevamente. Se espera que entre agosto y septiembre la desaceleración de precios se acentúe más.
La inflación anual subió un poco en junio, llegando al 7,18%, debido a un aumento mensual del 0,32%. Este pequeño incremento es un revés en los esfuerzos por reducir el alza de precios en Colombia que golpean el bolsillo de los hogares.
La desaceleración en la caída de la inflación se debe a que los servicios están ajustando sus precios y a un efecto estadístico comparado con junio de 2023, cuando la inflación ya estaba bajando.
Sin embargo, hay buenas noticias. La inflación anual sin contar alimentos bajó a 7,70% y, sin alimentos ni servicios regulados, descendió a 6,08%. Aunque se espera que la inflación anual baje y llegue a 5,7% en diciembre, esto sucederá lentamente y con riesgos de aumentos futuros.
También los vientos a favor vienen por cuenta de la inflación básica (excluyendo alimentos y energéticos), que siguió a la baja por 13 meses consecutivos, situándose en 6,59% anual en junio. Una buena noticia en medio del repunte general que se vivió en el sexto mes del año.
De acuerdo con los analistas consultados por este medio, el principal obstáculo para normalizar la inflación y las familias colombianas sientan un alivio a la hora de comprar es que los precios de los servicios siguen ajustándose a niveles altos. Por ejemplo, los servicios subieron un 0,40% en junio, cerca de su promedio histórico de 0,34%.
Es así como los arriendos, que representan el 50% del IPC de servicios y el 25% del total, siguen siendo un factor clave, ya que los precios se ajustan, según la alta inflación de 2023, que de por sí fue alta.
Además, la inflación de alimentos también aumentó, pasando del 4,43% en mayo al 5,28% en junio, con un aumento mensual del 0,28%. Este incremento se debe a una comparación estadística baja y a problemas climáticos que afectan la producción agrícola, impulsando hacia arriba a los precios de los alimentos perecederos.
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¿Qué viene para los precios?
A partir de este panorama, la Dirección de Investigaciones Económicas, Sectoriales y de Mercado del Grupo Bancolombia, consideró que el proceso de desinflación en el país proseguirá en los próximos meses, debido a que las medidas básicas de inflación se mantuvieron en senda de descenso.
“Esperamos que la inflación vuelva a bajar pronto, después de superar los problemas con los precios de los alimentos y el efecto estadístico de junio. Esto será clave para reducir la indexación en el futuro, lo que afectará especialmente a los precios de los servicios y los costos regulados, como los arriendos y las tarifas de servicios públicos”, estimó el análisis.
Por su parte, Julio César Romero, economista jefe de Corficolombiana; y Diego Alejandro Gómez, analista de Economía Local, coincidieron que la inflación anual de julio se situaría en 6,97%, retomando la tendencia a la baja que se había detenido en el segundo trimestre.
Además, estimaron que, de los cuatro grandes rubros, los servicios y los precios regulados mostrarían una disminución en su inflación anual.
“La menor inflación de arriendos y la atenuación del efecto del Fenómeno de El Niño continuarán impulsando el proceso desinflacionario general”, dijo Romero, por eso se verá un descenso más marcado a partir de septiembre.
Otras preocupaciones
No obstante, la Dirección de Investigaciones alertó que los riesgos persisten respecto a posibles afectaciones climáticas en alimentos, como La Niña durante el segundo semestre del 2024, el ajuste esperado en los precios del Acpm, la elevada indexación y el tenso panorama geopolítico.
“Si bien la inflación anual de alimentos se ha incrementado, el aumento adicional frente a los niveles más recientes sería limitado, gracias al efecto estadístico y lo transitorio de los choques climáticos”, detalló el Grupo Bancolombia.
Entre tanto, será clave evidenciar menores presiones desde los arriendos, las facturas de servicios públicos y gradualidad en los aumentos del precio del Acpm. “Si bien las condiciones continuarían dadas para que la inflación anual disminuya para diciembre a 5,7%, reafirmamos nuestra visión de que el proceso será pausado y con claros riesgos al alza”, se lee en su informe de análisis.
Sin embargo, Romero y Gómez ven con optimismo lo que pasará en este segundo semestre, por ejemplo, afirmaron que el porcentaje de aumento en los arriendos basado en la inflación del año pasado (9,3% en 2023) bajará más en los próximos meses, para fin de año estará cerca del 75%.
Además, enfatizaron en que la baja inflación en los alimentos perecederos muestra que los efectos negativos del fenómeno de El Niño sobre estos productos han llegado a su fin.
Pero, el precio de los vehículos y otros artículos importados como ropa y teléfonos móviles casi no cambió, “lo que sugiere que podríamos ver aumentos en los precios de estos bienes en el segundo semestre debido a la reciente depreciación del peso colombiano”, proyectaron.
Romero insistió en que los ajustes en el precio del diésel anunciados por el Gobierno Nacional representan un riesgo para el proceso de reducción de la inflación, como lo estimó el Grupo Bancolombia. Sin embargo, mientras estos ajustes solo afecten a los grandes consumidores, el impacto en la inflación no será significativo.
En medio de estas proyecciones, José Ignacio López, presidente de Anif, en su comentario semanal, aseveró que los resultados del mes de junio generan incertidumbre hacia el futuro. No solo por el inquietante repunte de la inflación, sino por los efectos que tiene el alza de precios en los hogares más pobres del país.
“En los últimos meses, ha empezado a observarse un incremento en la inflación de los hogares pobres y vulnerables, mientras en los de ingresos altos esta continúa disminuyendo. Preocupa particularmente el comportamiento de la división de alojamiento y servicios públicos, dado que su contribución ha sido predominante en los últimos meses y genera más presiones sobre los hogares pobres”, detalló López.
Finalmente, Laura Peña, economista de Bbva Research para Colombia, concluyó que para julio la inflación retomará su descenso y se moderará más entre agosto y septiembre. “Este descenso seguirá favorecido por efectos base, así como una demanda moderada por bienes y servicios. Con lo anterior, se espera que la inflación cierre el año en 5,4%”.
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