Según datos del portal Cirium, con los dos accidentes recientes en Kazajistán y Corea del Sur, en 2024 las muertes de pasajeros en vuelos subieron a 318, la más alta desde 2018.
El 2024 fue uno de los más mortíferos para la aviación comercial: solo en la última semana de diciembre se presentaron cinco incidentes aéreos en Kazajistán, Corea del Sur, Canadá, Noruega y Guatemala; en dos de ellos fallecieron alrededor de 217 personas, entre pasajeros y tripulantes.
Y es que si bien los accidentes aéreos siguen siendo muy poco frecuentes, el año pasado la cifra de pasajeros que fallecieron a bordo de un avión comercial ascendió a 318, la más alta desde 2018, cuando hubo más de 500 personas muertas, según datos recopilados por la plataforma Cirium.
Este aumento de muertes marcó un cambio respecto a 2023, el mejor año para la seguridad operacional de la aviación comercial. De acuerdo con la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (Iata, por sus siglas en inglés), en ese año no se produjeron accidentes mortales ni con pérdida de casco de aviones de pasajeros a reacción. Solo se registró un único accidente mortal de un avión turbohélice, con 72 víctimas mortales.
Tras los sucesos recientes, la asociación, que también ha expresado sus condolencias por las víctimas, recordó a los Estados su responsabilidad de garantizar la seguridad de la aviación, incluso en situaciones de conflicto.
Fue en enero que un avión de Japan Airlines chocó con un otro de la guardia costera en el aeropuerto Haneda de Tokio. Todos los que iban a bordo sobrevivieron, pero cinco personas del avión más pequeño murieron.
En marzo, un pequeño avión de pasajeros y carga se estrelló en un área residencial de la ciudad de Goma, en el este de la República Democrática del Congo; y en mayo un pasajero murió y decenas resultaron heridos cuando el vuelo Londres-Singapur se topó con turbulencias sobre Myanmar y fue desviado a Tailandia.
En julio, el avión de la aerolínea nepalí Saurya Airlines se estrelló tras despegar de Katmandú y murieron 18 personas. Y en agosto, como un trozo de papel, una aeronave comercial operada por la compañía brasileña VoePass se estrelló a unos 80 kilómetros de Sao Paulo: llevaba 58 pasajeros y cuatro miembros de la tripulación. No hubo sobrevivientes.
Por otro lado, los conflictos mundiales también parecen haber incidido a los accidentes mortales. El Embraer SA 190 de Azerbaijan Airlines despegó de Bakú hacia Grozny, en Chechenia (Rusia), pero fue desviado a través del Mar Caspio, según informó la aerolínea, a causa de la neblina.
De acuerdo con la BBC, algunos expertos en aviación han sugerido que este vuelo fue impactado por sistemas de defensa aérea rusos cuando volaba sobre la república de Chechenia (Rusia). En declaraciones para medios de comunicación, funcionarios afirmaron que un misil ruso fue el responsable del accidente.
Pero las causas de las tragedias aéreas son diversas. Algunas se han atribuido al impacto con aves en los motores; turbulencias en aire claro, debido a que pasan inadvertidas por los radares; un aterrizaje o despegue de difícil maniobra; pérdida de control por parte del piloto; fallas en el sistema, o colisiones durante el rodaje hacia o desde una pista, ya sea entre dos aviones o a un impacto con alguna estructura.
El accidente aéreo ocurrido en Corea del Sur el pasado domingo 29 de diciembre de 2024 se ha considerado el más mortífero en suelo surcoreano.
Tras el trágico suceso, Corea del Sur ordenó una “inspección exhaustiva” de todos los Boeing 737-800 operados por las aerolíneas de ese país, pues aún no se ha podido determinar por qué este tipo de avión de Jeju Air, predecesor del Max, se deslizó por la pista del Aeropuerto Internacional de Muan sin el tren de aterrizaje desplegado y colisionó contra un muro de concreto.
El Ministerio de Transporte surcoreano también anunció una inspección especial al modelo B737-800 y ordenó una revisión de seguridad para todas las aerolíneas nacionales.
Estas investigaciones volvieron a poner en el ojo del huracán al fabricante estadounidense Boeing, cuyas acciones se desplomaron un 3,5% en la mañana del lunes 30 de diciembre en Nueva York, lo que elevó su caída total de 2024 al 33%.
Lo anterior ha exacerbado la crisis que ha vivido en los últimos años la compañía: entre 2018 y 2019 su 737 MAX 8 tuvo dos accidentes, con cinco meses de diferencia, en Indonesia y Etiopía que costaron la vida de 346 personas. Y en enero de 2024, la ventanilla de un 737 MAX 9 explotó durante un vuelo de Alaska Airlines, lo cual hizo eco en el mercado y llevó al fabricante a perder US$13.000 millones de valor bursátil.
En ese momento, las investigaciones de United Airlines encontraron pernos sueltos y problemas de instalación en el mecanismo de cierre de la puerta de este modelo, del cual posee 79 aeronaves. En el mismo sentido, Alaska Airlines dijo que los técnicos que revisaron los 737 MAX 9 encontraron algunos componentes flojos.
Cabe recordar que en Colombia, aerolíneas como Wingo, Avianca o Latam sirven rutas con aeronaves del fabricante norteamericano, aunque Airbus domina el mercado.
Por lo pronto, aunque las investigaciones de los accidentes siguen en curso, se han abierto interrogantes sobre las causas que han provocado las fallas en uno de los medios de transporte considerados como más seguros en la actualidad.
