El comercio, la industria y las actividades artísticas y de entretenimiento fueron los grandes dinamizadores de la economía colombiana el año anterior, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) creció 7,5%.
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La alta inflación y los aumentos en las tasas de interés habrían provocado que la demanda por bienes y servicios se desacelerara en los últimos meses de 2022.
El comercio, la industria y las actividades artísticas y de entretenimiento fueron los grandes dinamizadores de la economía colombiana el año anterior, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) creció 7,5%.
El indicador fue menor al 11% observado en 2021 y dio muestras de un menor dinamismo en los últimos meses de 2022, cuando según analistas del mercado empezaron a notarse los efectos del ascenso de la inflación y del ajuste de las tasa de interés por parte del Banco de la República y su paulatina transmisión a las tasas del sistema financiero.
A su turno, la directora del Dane, Piedad Urdinola, explicó que el indicador estuvo por encima de las mayores variaciones del PIB vistas antes de la pandemia, como el 6,9% reportado para 2011.
Destacó el comportamiento del grupo asociado a alojamiento y turismo, dado el levantamiento de todas las restricciones impuestas por la pandemia. Y también el de la industria manufacturera, especialmente del sector textil-confección.
Adicionalmente, resaltó el desempeño de las actividades artísticas y de entretenimiento, donde la apertura de casinos y la celebración de conciertos y espectáculos públicos tuvieron un efecto positivo sobre las cifras del crecimiento económico.
Vale anotar que la única actividad productiva que tuvo una variación negativa el año anterior fue la agropecuaria (de 1,9%), pues las condiciones climáticas redujeron las cosechas y la fuerte devaluación del peso repercutió en el costo de los insumos (ver gráfico).
Aterrizaje suave
Tras un 2020 marcado por la pandemia y que causó una contracción de la economía del 7,3%, la evolución de las actividades productivas en 2021 y 2022 fue positiva, pero es notario el freno que se aprecia en los últimos cuatro meses.
Desde el centro de pensamiento Anif se anticipa que este 2023 los excesos de demanda se agotarán y repercutirán en la actividad económica. Eso lo constata la demanda de energía que tuvo crecimientos de 0% en noviembre y diciembre, y de tan solo 1,4% en enero, lo que sugiere un menor ritmo de actividades industriales y comerciales.
Vale recordar que el último trimestre del año 2022 la economía creció tan solo 2,9%, la menor cifra registrada desde el primer trimestre de 2021. En ese contexto, Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, precisó que el clúster del comercio, transporte, alojamiento y servicios de comida, que venía creciendo a dos dígitos, se frenó en el cuarto trimestre y apenas creció 1%.
“Pero si desglosamos esta gran categoría, tenemos que el comercio al por menor y al por mayor tuvo un decrecimiento del 0,2% y los restaurantes y hoteles cayeron 2,5%”, añadió el dirigente.
Para Mauricio Hernández, economista de BBVA, este año el crecimiento del PIB sería 0,7%, lo cual significa una notable desaceleración con respecto al 7,5% visto en 2022.
A su turno, Sergio Olarte, economista de Scotiabank Colpatria, mencionó que las cifras revisadas del Dane muestran que la desaceleración de la economía comenzó a partir del tercer trimestre del 2022, y estimó que este año habrá un crecimiento entre 1% y 1,5%, con unas tasas de interés e inflación altas.