Es innegable que el mercado del alojamiento en el mundo cambió con el desarrollo de las aplicaciones que instauraron un nuevo jugador en la oferta mundial: los conocidos alojamientos de corto plazo o viviendas turísticas. El gremio hotelero asegura que respeta las leyes del libre mercado y reconoce que dicho competidor llegó para quedarse, su única queja obedece a las desventajas y condiciones de competencia actual.
El tema fue cuestión de debate en la tercera Convención del sector de Alojamiento en Colombia. José Duarte, presidente de Cotelco, argumentó que la caída en la ocupación hotelera en Colombia es preocupante.
Las cifras de Cotelco dan cuenta que cada hotel colombiano tuvo un promedio de 2,6 habitaciones menos ocupadas por día en 2023. Los hoteles se llenaron en un promedio de 58,90% en los doce meses del año pasado. Eso significa que hubo una leve caída de 2,48 puntos porcentuales frente a la cifra de 61,38% de 2022.
Si bien no parece una disminución significativa. El gremio manifestó que se trata de una caída sostenida. Esto porque en el primer trimestre de 2024 se registró una contracción de 3,3 puntos porcentuales frente a los mismos meses de 2023.
Cotelco manifiesta que el derrumbe se debe a varias razones. Una de esas es que hay un mayor número de viviendas turísticas en Colombia. “Hemos visto un crecimiento sin control y sin planificación”, indicó José Andrés Duarte, presidente de Cotelco.
Lo cierto es que la renta de habitaciones, casas y viviendas rurales a los visitantes extranjeros se ha convertido en un negocio que cada vez cuenta con más oferta en plataformas digitales como Airbnb y Booking.
Una muestra de esto se aprecia en la plataforma AlltheRooms. Se trata de una base de datos que monitorea a dicha clase de alojamientos de corta estancia en el mundo: datos valiosos para los inversionistas, empresarios e investigares de ese mercado.
Estos datos dan cuenta que a corte de abril de este año registraban unos 82.961 sitios de alojamientos en las diferentes plataformas donde se ofertan viviendas turísticas, lo que significa que la cantidad aumentó 18,6% frente a las 69.925 que se alquilaban en el mismo mes de 2023, y un 42% frente al de 2022.
El comportamiento de los datos para el presidente de Cotelco se resumen en que los usuarios colombianos se están hospedando más en lugares donde no les están cobrando el IVA del 19%, que se reactivó para el sector el 1 de enero de 2019.
La oferta de dichos alojamientos es variada. Hay desde la persona que decide rentar una habitación hasta negociantes que dedican toda una casa a ese fin.
El descontento con las cifras es evidente. El gremio habla de un retroceso, ya que se perdió el repunte de huéspedes que hubo entre 2012 y 2019, equivalente a 2,8 puntos porcentuales. Sin embargo, Airbnb registra que la mayor cantidad (57.171) se trata de casas o apartamentos que se dedican por completo a ese negocio (ver gráfico).
Otra muestra del poderío de ese negocio es que mueven una gran cantidad de dinero. De hecho, según AlltheRooms, las ciudades que más aportan a ese negocio son: Cartagena, Medellín y Bogotá. El alquiler de esos inmuebles movió unos 108,54 millones de dólares en los últimos doce meses (mayo- abril). En Colombia, el monto total alcanza los 436 millones de dólares (unos 1.711 millones de pesos colombianos).
Le hacen frente
La esencia del problema como se mencionó al principio de este texto, no es que estos establecimientos existan, sino que cuentan con unas notables ventajas competitivas frente a los hoteles.
Juan Carlos Tirado es director corporativo de la cadena EE Hoteles de Medellín y Hoteles Memorables de Colombia. El empresario recordó que la ley 2068 de turismo incorpora esta clase de viviendas. Recordó que incluso Cotelco tiene afiliados que se consideran vivienda turísticas. La diferencia radica en que estos últimos sí cumplen con toda la normativa y, además, generan empleo.
Paulo César Flores es gerente del hotel Los Corales de Tumaco (Nariño). Cuenta que hay casas y apartamentos que facturan una gran cantidad de dinero por alquileres, pero se salvan de varias tributaciones.
El alojamiento que más facturó en el último año fue una casa de lujo que cuenta con bar privado y piscina en Cartagena. Ese lugar acumuló unos ingresos brutos de 484.623 dólares.
Varios hoteles mencionaron algunos impuestos y cobros que debe cumplir: IVA del 19%, impuesto del 8% de restaurantes y bares, aportes parafiscales al Fondo Nacional de Turismo (Fontur), impuestos de Industria y Comercio, y Sayco Acinpro. De hecho, cálculos de Cotelco revelan que los tributos que debe cumplir la hotelería pueden representar entre el 29% y el 49% de las utilidades.
Esa realidad hace que el empresariado hotelero tenga serias dificultades para competir en cuestión de tarifas. El propio gremio anotó que una noche en un hotel colombiano tiene en promedio un costo de 86 dólares ($337.636 colombianos con tasa de cambio de hoy), mientras que ese costo en una vivienda turística es de 78 dólares ($306.228 colombianos).
Paula Cristancho es propietaria de Hotel Belén Boutique de Manizales. La empresaria reconoció la dificultad de competir en cuestión de tarifas. Y reveló que la fortaleza está en mostrar y promocionar que en un hotel los huéspedes cuentan con mayor seguridad frente a las otras viviendas. “Nosotros tenemos pólizas. Si a nuestro cliente le pasa algo tenemos como responder”, sentenció.
Varios gerentes hoteleros consultados por EL COLOMBIANO resaltaron que la mayor ventaja es precisamente la seguridad. Varios coincidieron en recordar el caso del turista extranjero que las autoridades encontraron con dos menores de edad en una vivienda turística de El Poblado (Medellín) hacia finales del mes pasado.
Juan Pablo Durán, administrador de Hotel Namasté Beach Club de Cartagena, agregó que se ha visto mucho abuso infantil o trata de menores en dichos lugares. Resaltó que los hoteles cuentan con protocolos y controles para evitar actos como el citado anteriormente.
Durán señaló que muchas personas optan por alquilar una casa o un apartamento porque cuentan con cocina y, por ende, se pueden ahorrar costos; no obstante, la estrategia está en mostrarle que pueden disfrutar más de sus vacaciones en un hotel porque cuenta con personal y restaurantes que lo atenderán y tendrá más tiempo libre para hacer otras actividades.
¿El futuro?
En el gremio está el debate en si esta sistema de aplicaciones son la hotelería del futuro o solo se trata de un complemento del mercado. María Alejandra Silva, sales manager de AlltheRooms, cree que las cifras hablan por sí solas. En Colombia los alojamientos que se ofertan en las plataforma digitales aumentaron un 19% en ingresos brutos el año pasado, mientras que los hoteles tradicionales solo crecieron un 5% en facturación.
Silva cree que la vivienda turística sí es parte del futuro del mercado; sin embargo, considera que hay espacio para los dos competidores. “Lo siento como en la música. Siempre va a existir la gente que le gusta los vinilos, pero la gente prefiere Spotify por la facilidad en el día a día”, expresó.
De hecho, la vivienda turística parece no tener techo, hoy la discusión en el mundo está encaminada en no prohibirla, sino en regularla. Silva indicó que en Nueva York ya está regulada esta clase de alojamientos. “Allí tienen controles muy similares entre hoteles y alojamientos de corta estancia, como las tarifas que cobran por noche”, agregó.
En Colombia la discusión va encaminada en el mismo sentido. Se requerirá un esfuerzo grande en términos logísticos y de inversión, pero lo cierto es que significaría una cantidad importante de ingresos por recaudación para el Estado colombiano y un alivio para la hotelería tradicional, que hoy está resentida ante este competidor que crece desmesuradamente.
