Este año no ha sido el mejor para la vivienda, pues según las recientes cifras de Coordenada Urbana, fuente de información de Camacol, a octubre de 2022 tanto las ventas (-5,4%) como la oferta (-9,5%) de casas de Interés Social (VIS) y no VIS disminuyó en todo el país. Entre las razones está que el sector no ha sido inmune a factores globales como inflación, tasa de cambio y tasas de interés.
Sin embargo, una de las principales preocupaciones de las familias y las constructoras en el Gobierno de Gustavo Petro ha sido la continuidad de los subsidios, puesto que en campaña el mandatario fue enfático en su compromiso por trabajar por una política pública de vivienda social.
En entrevista con EL COLOMBIANO, Catalina Velasco, ministra de Vivienda, habló sobre la asignación de nuevos presupuestos para los programas Mi Casa Ya y Cambia Mi Casa, y la apuesta del Gobierno por la vivienda diferencial.
¿Cómo se garantizará el funcionamiento de Mi Casa Ya?
“La continuidad de Mi Casa Ya es una realidad. De hecho, la semana pasada abrimos nuevas convocatorias. No teníamos recursos dispuestos para 2022, pero gracias a la gestión que hicimos, el Ministerio de Hacienda asignó nuevos recursos y abrimos una nueva convocatoria. Ya hemos estado recibiendo solicitudes y este próximo lunes haremos las asignaciones de esos recursos. En el Gobierno entendimos la importancia del programa y la necesidad de las familias, por esta razón se asignaron $100.000 millones nuevos. Para el próximo año se están haciendo las adiciones y estamos en esa conversación”.
Pero le harán ajustes al programa...
“Pensamos que se pueden mejorar varias cosas. Por ejemplo, utilizar el programa no solo para atender, como se hace en la actualidad, a las mismas tres ciudades del país: Cali, Barranquilla y Bogotá, que es donde se concentran la mayor cantidad de subsidios. Queremos llegar a otros municipios. Vemos que ciudades capitales de otros departamentos también quieren aumentar la cantidad de viviendas de Mi Casa Ya. Lo otro es que queremos priorizar las familias con ingresos entre 0 y 1,5 salarios mínimos legales vigentes, porque hemos visto que hay una concentración en las familias que ganan entre 1,5 y 4 salarios mínimos, mientras los hogares más pobres, que tienen ingresos de origen informal, no acceden a crédito y, por lo tanto, no acceden a subsidios de vivienda”.
¿Qué esperan con el nuevo programa Cambia Mi Casa?
“En Colombia hay 3,5 millones de hogares que tienen déficit cualitativo de vivienda, esto quiere decir que viven en construcciones precarias. Cuando se hace una intervención de mejoramiento de vivienda, como baños, cocinas, pisos o techos, hay una transformación muy importante, realmente mejora el bienestar de las familias. La meta es mejorar 100.000 viviendas cada año a 2026, para un total de 400.000 mejoramientos. Para esto, hemos destinado un presupuesto del orden de $1 billón al año, a partir de 2023”.
¿Con lo que se recaude con la tributaria qué piensa hacer la cartera?
“Las prioridades de vivienda son financiar Mi Casa Ya y Cambia Mi Casa, trabajar en vivienda rural y en vivienda diferencial. Sabemos, por ejemplo, que el Ministerio de Agricultura tiene una política muy agresiva de ofrecer tierras a los campesinos, pero esas tierras deben venir acompañadas de viviendas y vivienda diferencial.
Hemos encontrado que, en general, en las últimas décadas la política de vivienda nueva ha construido viviendas muy homogéneas: edificios de cinco pisos, de 50 metros cuadrados, propiedades horizontales y para familias pequeñas. Y no es que eso esté mal, pero cuando vamos a otros lugares por fuera de las ciudades encontramos que la gente utiliza otro tipo de vivienda. Entonces vamos a poblaciones étnicas e indígenas y nos encontramos con diferentes maneras de construir sus casas. En ese sentido, hay que transformar el sector con viviendas campesinas, raizales, étnicas, palafíticas. Debemos ver nuevas maneras de hacer vivienda social”.
La demanda y la oferta de vivienda en el país ha caído este año, ¿a qué se debe este comportamiento?
“Nosotros no hemos advertido una caída seria o considerable en el sector. Sabemos que hay variables globales y macroeconómicas que afectan la economía, como la inflación, las tasas de cambio y de interés. El sector de la construcción se comporta de manera cíclica, hay unos momentos altos y otros bajos. Pero la vivienda de interés social es como ese colchón que sostiene al sector, la que hace que las empresas se mantengan, porque cuando este se empieza a enfriar, las constructoras se enfocan en la vivienda VIS y cuando se comienza a ver un auge se hacen NO Vis. Esa es una de las razones por las que vamos a mantener los subsidios de Mi Casa Ya.
$1
billón es el presupuesto que se destinará cada año hasta 2026 para el programa Cambia Mi Casa.