Con prudencia, pero sin pelos en la lengua cuando toca hablar para defender la política económica del Gobierno, Ricardo Bonilla pilotea desde hace mes y medio el Ministerio de Hacienda, todo un chicharrón en épocas de superinflación, interrogantes del modelo extractivo y crisis de sectores como el de la construcción.
Esta vez le tocó hablarle a los banqueros en la Convención de Asobancaria, y explicarles cómo están las cuentas fiscales del país, por qué subirle a la gasolina es una tarea casi central en este momento y dejar algo claro: llegó la hora de que las tasas de interés bajen.
En esta entrevista con EL COLOMBIANO, Bonilla -quien como MinHacienda preside la junta del Banrep- asegura que en septiembre empezaría a bajar la tasa de interés del Emisor, y en un primer momento se ajustarían 25 o 50 puntos básicos a la baja, es decir, las llevaría a 13% o 12,75%.
Pero no solo eso, también muestra su optimismo en que el país recupere el grado de inversión con Fitch y Standard & Poor’s para 2025, destaca la importancia de la seguridad energética para que el fenómeno de El Niño no dispare los precios e incluso deja un recado a la oposición por su “plan tortuga” contra el trámite de las reformas.
Una de las cosas que se dijo esta semana fue por parte del gerente del Banco de la República, Leonardo Villar, en el sentido de que es inconveniente combatir la inflación con el control de precios...
“Estoy totalmente de acuerdo. Lo que pasa es que el gobierno anterior congeló las tarifas del combustible y hoy tenemos que resolver ese tema, porque precisamente por eso no puede bajar más la inflación. Mientras la inflación de alimentos está bajando, tenemos que subir la de los combustibles”.
En su momento la ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, dijo que se revisaría la fórmula que fija la tarifa de la gasolina, e incluso que se contemplan precios diferenciales. ¿Qué pasó con eso?
“Hay que revisar cómo es el comportamiento de los combustibles en Colombia. Esa mesa (técnica) ha tenido muy buenos resultados en términos de que hoy tenemos información más clara sobre qué se produce en el país, qué se transforma, qué se importa y eso permite revisar hasta dónde el precio de los combustibles está bien o mal organizado. Hoy sabemos que del consumo de gasolina, que son 6,4 millones de galones diarios, se importa el 40%; y que del consumo del diésel, que son 5,7 millones de galones, se importa el 10%”.
Usted ha dicho que el precio del diésel subirá desde 2024, ¿pero cuánto debe subir en total?
“Ambos precios, el de la gasolina corriente y el del diésel, deben llegar en algún momento al precio internacional y quedarse ahí moviéndose, fluctuando como en otros países”. No podemos seguir alimentando la idea de que del presupuesto se pague un subsidio a la gasolina que no es exactamente un subsidio social. Esos recursos yo prefiero entregárselos a la primera infancia, al adulto mayor; más recursos para la educación, más recursos para la salud, y lo que estamos financiando de la gasolina es menos plata para esos casos”.
¿La idea con el diésel es llevarlo gradualmente a $16.000, así como con la gasolina corriente?
“Eso es más o menos el precio internacional que tenga. Hoy el precio internacional ha venido bajando, porque cuando se miraba el petróleo al final del 2022 estaba en 94 dólares, hoy está en 76, eso tiene implicaciones, si baja el precio del petróleo también baja el precio de la gasolina.
Entonces encontramos que el precio internacional ha venido bajando, pero nosotros todavía seguimos con una brecha, porque el gobierno anterior nos dejó una brecha de más del 100%”.
Otra preocupación en términos de inflación es el Fenómeno de El Niño. ¿Podría perderse la tendencia a la baja vista los dos últimos meses?
“Lo más importante del fenómeno de El Niño es que tengamos seguridad energética, si la tenemos, aunque se deba generar con diésel, es una garantía de estabilidad en precios. Pero el tránsito de generar energía hidráulica a generarla con diésel implica un incremento en los costos de la energía. Ese incremento no debe reflejarse en subidas en el resto de la economía, porque afecta a una porción muy pequeña de los bienes”.
¿La gasolina va a presionar la inflación por mucho tiempo más?
“Ese tema sigue preocupando mientras tengamos desfases de precios, porque de alguna manera hay que cubrirlo y la respuesta del gobierno anterior fue hacerlo con el presupuesto. Esa no es la solución, sino que es colocar los precios donde es, o de lo contrario seguimos acumulando un déficit que algún día hay que pagarlo. Pretender que siempre se pague con el presupuesto es una política equivocada”.
Grado de inversión
¿Cómo recibió la decisión de Moody’s de reafirmarle a Colombia el grado de inversión?
“Es una decisión buena, nos favorece y ojalá sea recibida por los otros calificadoras, en el sentido de que por lo menos al país no le cambien en este momento el nivel de calificación y preparemos el terreno para buscar recuperar el grado de inversión”.
¿Ha tenido reuniones con las otras dos calificadoras, Fitch y con Standard & Poor’s?
“He hablado con ellas aquí, pero la semana entrante hay una agenda intensiva en Nueva York con el fin de dialogar con calificadoras y grupos de inversionistas y precisamente es para, en el terreno de ellos, hablar de nuestros temas. Por ahora ellos han hablado con nosotros en nuestro terreno, ahora quieren hacerlo en el terreno de ellos”.
¿Cree que Colombia puede recuperar el grado de inversión con esas dos agencias en este gobierno?
“Podría pensarse que este gobierno lo logre, pero en el 2025. Para eso tenemos que seguir consolidando la estabilidad económica del país y bajando los déficit fiscal y en cuenta corriente. Esos son los elementos que cada una de las calificadoras va midiendo, que esa reducción de los déficit sea sostenible en el tiempo. Si lo es, ellas vuelven a revisar la calificación”.
¿Con el dólar a la baja qué tan rápido debe caer ese déficit?
“La reducción del precio del dólar está en este momento contribuyendo a un menor impacto de inflación de bienes importados. Está simultáneamente ayudando a estabilizar las expectativas del mercado y a asegurarles a los inversionistas ‘miren que el mercado les está diciendo que aquí se puede invertir y es un elemento de atracción de inversión extranjera’”.
Moody’s y el Bank of America, entre otros, han hablado de los contrapesos en Colombia y las dificultades que tendría el Gobierno para sacar las reformas adelante entre las razones que le generan confianza al inversionista...
“Yo no tendría esa lectura. Las reformas siguen su proceso. Lo que sí nos hemos encontrado es con una especie de operación tortuga de parte de los grupos de oposición para impedir el trámite. Ese es el verdadero problema que tenemos en el Congreso, que los grupos de oposición están impidiendo el trámite. Eso es antidemocrático. En la medida que se logra obtener quórum, los trámites se dan y las reformas van saliendo adelante”.
¿Entonces cree que la descolgada del dólar la explican otras razones?
“Sí, la explican otras razones. Esto realmente es esporádico y sí habría que decirle a la oposición que debe pensar es en la construcción del país y no en tratar de desestabilizar la economía”.
¿Qué aires ve para que se aprueben esas reformas?
“La laboral tiene posibilidad de que se discuta también en primer debate (como la pensional). Entonces, todas quedan vivas y entrarían a su segundo debate en plenarias. La de salud está en plenaria de Cámara, la de pensiones entra a plenaria del Senado y la laboral entraría después de la de salud en plenaria de Cámara”.
¿Hay algo que no le guste de esas reformas?
“Yo he sido promotor de la pensional, lo único es que ahora nos tenemos que ajustar a la decisión de la Corte que anticipa la pensión de las mujeres de 1.300 semanas a 1.000 semanas de cotización. Conocemos el pronunciamiento, pero no el fallo”.
Hay quien dice que podría haber un impacto fiscal importante por esas semanas menos de cotización.
“Es un impacto que habrá que valorar exactamente. El primer cálculo que se obtuvo es que si esto se diera hoy, anticiparían su pensión 89 mil mujeres. Y lo que habría que pensar es cuántas más la anticiparían en los próximos 10 años”.
¿Así pasen estas iniciativas, en el futuro vamos a necesitar otras reformas laboral y pensional?
“Las reformas pensionales uno las tiene que revisar a cada rato, porque esto es un proceso de largo plazo y que implica a todas las generaciones. Entonces, la reforma que hoy se está haciendo, se hace 26 años después de la Ley 100. Y la Ley 100 se hizo 26 años después de que se creara el seguro social - pensiones. Entonces, tenemos aquí un promedio de 26 años para mirar reformas. Yo diría que en 26 años, o en otro momento, hay que volver a revisar, porque usted está mirando temas generacionales”.
¿En materia de tasas de interés, cree que llegamos ya al techo de las tasas de interés o ve algún margen para subirlas un poco más?
“Ya en este momento la tasa de intervención del Banco de la República está por encima de la tasa de inflación y llevamos dos meses con un descenso leve de inflación. Esos dos meses indican que esta junta del Banrep que viene podría dar la noticia de que ya no suben más las tasas, se mantienen estables y nos damos un compás de espera de dos o tres meses más para empezar a bajarlas. Yo diría que en algún momento en el segundo semestre, hacia septiembre, podríamos empezar a ver reducción de tasas. No van a bajar con la misma velocidad con la que subieron, pero sí vamos a empezar a ver tasas menores si además se cumple el pronóstico de que este año cerramos con inflación de 9,5%”.
¿Cuál será la velocidad a la que van a bajarse?
“Es que subieron 100 puntos mensuales. Yo diría que el primer mensaje (de reducirlas) probablemente sea 25 o 50 (puntos básicos), pero va a ser con cierto grado conservador. La junta del Banrep no es tan agresiva en este tema. Entonces lo va a hacer de manera conservadora, pero este año van a empezar a bajar las tasas. Si baja la tasa de intervención se está enviando mensaje al resto de la economía de que baje tasas. Obviamente, eso no significa que tan pronto lo haga el Banrep los demás lo hagan automáticamente, pero la señal está enviada y los bancos comerciales ya saben que el proceso es comenzar a bajar tasas y algunos ya han tomado iniciativas para hacerlo”.
¿Qué tan saludables le parecieron esas medidas especiales de los bancos comerciales de bajar tasas?
“Lo que pasa es que las bajaron para tarjetas de crédito y eso realmente iba en consumidores de productos de lujo. Iba sobre niveles altos de consumo en tarjetas. Pero fue un buen síntoma enviarlas. Hoy lo que sabemos es que pueden bajarlas y lo que necesitamos es que bajen en el crédito a microempresas y que contribuyan a combatir el gota a gota”.
El fiscal Barbosa aseguró que, mientras se habla de reformas económicas y tributarias en el país, la entidad le entregó $28 billones a la SAE. Dijo que dónde estaba esa plata y apuntó contra el MinHacienda en el sentido de que depende de ustedes...
“Debe ser que el fiscal está haciendo efectiva la entrega de muchos bienes. Si eso es cierto, puede que haya esa plata, pero está en activos no monetizables todavía. En ese sentido, habría que examinar cuáles son los bienes que la Fiscalía le está entregando a la SAE. La SAE es independiente de nosotros”.
Esta semana revelaron el Marco Fiscal. ¿Qué cifras valora?
“El Marco Fiscal nos muestra que manteniendo la estabilidad económica y cumpliendo los dictámenes de la regla fiscal, nosotros estamos bajando el déficit en cuenta corriente de 6,2% a 4% este año y tendencialmente deberíamos llegar a 2,5% al final de la década. Mientras el déficit fiscal lo bajamos de 5,3% que tuvimos el año pasado a 4,3% este año, y por el impacto de los mayores intereses que hay que pagar en el servicio de la deuda que están concentrados en los años 2024 y 2025, subiríamos a 4,5% el déficit fiscal del 2024 y luego nos pondríamos en una senda para llegar a 2,7% al final de la década”.
¿Se han disipado los temores sobre una recesión económica que había a principio de año?
“Estamos viviendo la desaceleración económica como todo el mundo. La proyección de desaceleración económica llevaba a unas primeras estimaciones de que este año podíamos crecer al 1%. Nadie ha proyectado que tengamos recesión, solo que íbamos a tener bajo crecimiento. Después de que se ha dado el primer semestre, ha habido revisiones de las mediciones y ya algunos calculan 1,5% y otros calculan 1,7%, nosotros particularmente calculamos 1,8%.