Mucho se ha hablado sobre la pobre industrialización del café colombiano. Esa es una de las banderas que enarboló Germán Bahamón desde que asumió la gerencia de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), hace un año. En la mañana de este martes, el gerente presentó las primeras puntadas de dicha política.
Bahamón sostuvo que se trata de proyecto que presenta avances y que persigue un objetivo claro: transformar la caficultura en el país que produce el mejor café del mundo. Habló de tres proyectos puntualmente.
Centros de industrialización
El más relevante es la apuesta por los centros de industrialización. Un plan que ya está en marcha. La idea es que estos centros no solo transmitan conocimiento a través de las prácticas agrícolas, sino de las prácticas de comercialización y transformación del café. El gerente anunció que la creación del Centro de Industrialización de Fedecafé, una especie de entes dedicados al conocimiento para ayudar a los caficultores a industrializar su producto.
“Cualquier cafetero puede acudir a estos centros para realizar su transformación industrial y para acompañarlos en la comercialización”, indicó Bahamón.
La idea es que cada comité departamental cuente con su propio centro de industrialización, por lo que en total serían 15. La apuesta es abrir cuatro este año. El primero se lanza el próximo mes en Neiva y el segundo será en Manizales. Algo particular es que cada centro contará con su propia marca de café, de hecho, Neiva ya tiene la suya: que se llama Al Sur y está debidamente registrada.
El gerente le dijo a EL COLOMBIANO que Antioquia tendrá su propio centro, pero reconoció que todavía no está confirmado para este año. La inversión para la construcción en el de Neiva será de $1.500 millones que provienen de las utilidades generadas por Almacafé.
Lea también: Empresarios aseguran que la inflación y fenómeno de El Niño le pegaron al arranque del año en los negocios
Transformación del esquema comercial
“Esto no es un sueño, ya comenzó”, agregó Bahamón al hablar sobre la transformación del esquema comercial. El gerente sostuvo que hoy Colombia está migrando del café verde al café en cereza, es decir, a la pepa roja, tal y como se recoge del árbol. El propósito es custodiar o mantener la calidad del café que se produce en Colombia.
El gerente indicó que este es un paso de innovación, que implica dejar las prácticas que eran tradicionales y ver ejemplos como el de Costa Rica. Esto porque en ese país más del 95% del café que se comercializa es cereza. Resaltó iniciativas como en la Cuchilla de San Juan en Belén (Risaralda) y en los Andes (Antioquia), pues están encaminándose por el cereza y tienen una mayor calidad en su taza.
La meta de la Federación es que los 15 departamentos cafeteros cuenten con un centro de compra para café cereza. Añadió que ese plan está en marcha y que Quindío ya tiene el primero y en Huila será el siguiente.
“Hoy nuestros exportadores privados en Pitalito ya tienen un centro de compra de café cereza, y en Antioquia, en la región de Andes, también lo tienen”, agregó. Indicó que esto se debe acompañar con centrales de beneficios comunitarias que permitan ahorrar entre 60% y 90% de los costos de producción.
Eficiencia en el transporte
Otra de las apuestas de la Federación es ahorrarse hasta $10.000 millones anuales en costos. Algo que solo se logrará si se consolida la reconfiguración logística del transporte del grano en Colombia. La meta de este proyecto es hacer más eficiente el transporte. En el país, este producto sale de 603 municipios, en 23 departamentos, y debe cumplir toda una travesía para ser almacenado y luego llegar al mercado de exportación.
El gerente Bahamón cree que la caficultura tienen que evolucionar y hacer más eficiente la ruta. “Nos hemos quedado en el pasado, moviendo un café de cualquier parte del país para llevarlo a ambientes controlados de manera natural”, dijo.
Esto porque este sector solo cuenta con tres puntos en toda Colombia donde se puede conservar café en condiciones climáticas adecuadas, que están en: Soacha, el Páramo de Letras y Pamplona.
La Federación ya avanzó en adecuar un nuevo lugar. Está ubicado en Medellín y cuenta con un silo refrigerado, lo que ayuda a que el café conserve su estado de origen y esté listo para la exportación. Bahamón resaltó dicho avance y expresó que la meta es instaurar silos de refrigeración en otros cuatro lugares, que hasta el momento serían: Armenia, Santa Marta, y Popayán.
Además de esos tres puntos de transformación, el directivo dijo que la caficultura tiene que fortalecer su producción en un productor descafeinado. Y sostuvo que el mundo está demandando ese producto y Colombia no debe quedarse atrás.
Según cifras de la FNC, el 19% de los españoles y el 20% de los británicos consumen café descafeinado. “La idea es capitalizar un mercado que se estima que mueva unos 28,8 billones de dólares en el mundo hasta 2030”.
Entérese: Comités departamentales de cafeteros refutan a la ministra Mojica: “Pone en riesgo la garantía de compra”
¿En crisis?
La apuesta de Bahamón de cierta forma es mostrar que la Federación no está en crisis y, por el contrario, que camina por la senda de la innovación. Esto porque la ministra de Agricultura, Jhenifer Mojica, solicitó al gremio que entregara de forma inmediata datos concretos que reflejaran el estado financiero actual y así aclarar los rumores sobre una supuesta crisis, lo que despertó el malestar del gremio.
Al respecto, el gerente de la Federación señaló que las finanzas de la entidad son fuertes. “El tema de fragilidad financiera no es verdad”, sentenció.
Argumentó que las cifras hablan por sí solas. Dijo que los ingresos operacionales de la comercialización del café del Fondo Nacional del Café llegaron a los 678 millones de dólares, mientras que la utilidad fue de 33 millones de dólares a corte de 2023.
En términos de producción, el gerente reveló que aumentó un 31%, ya que hubo una producción de 742.000 sacos de 60 kilogramos frente a los 566.000 del mismo mes del año pasado.
Con cifras en mano, Bahamón le contestó al Gobierno que está trabajando por los cafeteros. Lo cierto es que el café colombiano necesita una industrialización y la Federación ya tiene un plan en marcha para lograrlo.