Durante la cuarta edición de la Cumbre Finanzas en Común (FiCS), expertos, líderes de bancos de desarrollo y funcionarios gubernamentales advirtieron la necesidad y urgencia de trabajar en un nuevo paradigma de desarrollo económico en el mundo, pues uno de los desafíos para garantizar el futuro es desarrollar soluciones basadas en la naturaleza que protejan ecosistemas, preserven la biodiversidad y salvaguarden las fuentes de agua.
En el marco de esta conversación, una de las lideresas que criticó el papel de la banca en la sociedad y en los ecosistemas fue Alicia Cahuiya, indígena de la Amazonía ecuatoriana, quien pidió a las entidades dejar de financiar a petroleras.
Para ella, “lo bancos tienen una deuda tremenda por los daños que ha dejado la minería, el petróleo y la deforestación”.
“Hay empresas petroleras, por ejemplo, operando en el territorio waorani. ¿Qué beneficios hemos recibido? En más pobreza hemos quedado. Los indígenas que habitamos la selva no somos el problema. Queremos que se respete el territorio”, dijo.
En esta misma línea, Gerald Kankya, director ejecutivo del Twerwaneho Listeners Radio Club (TLC), organización no gubernamental centrada en educación en derechos humanos, afirmó que “la gente no está en contra del desarrollo, está en contra del desarrollo que los excluye”.
Puede leer: Colombia está bajo la lupa de Fitch por las reformas y el gasto del gobierno
”Los bancos deben cambiar sus procesos y políticas de cómo conciben el desarrollo (...) Las organizaciones de derechos humanos le piden a los bancos que consideren el planeta”, anotó Kankya.
En este sentido, representantes de organismos internacionales (como Naciones Unidas) y ONG de derechos humanos hicieron un nuevo llamado a buscar nuevas herramientas para que la banca pública de desarrollo implemente un enfoque que priorice acciones sostenibles que preserven la biodiversidad y los derechos de comunidades.