Ecopetrol rechazó la adquisición de una participación en CrownRock, propiedad de Oxy. La decisión tuvo injerencia directa por el presidente Petro, quien se opone firmemente al fracking.
El pasado 2 de agosto, se conoció que la junta directiva de Ecopetrol decidió no adquirir una participación en los activos de CrownRock, propiedad de Occidental Petroleum (OXY).
Esta decisión, tomada tras un exhaustivo análisis y evaluación interna, sorprendió al mercado, ya que Ecopetrol había estado en conversaciones avanzadas para realizar esta compra.
El negocio, conocido internamente como “Proyecto Oslo”, contemplaba la adquisición del 30% de CrownRock por un valor aproximado de US$3.600 millones. Este acuerdo no solo iba a incrementar las reservas probadas de Ecopetrol, sino que también mejoraría significativamente sus resultados financieros.
Y a medida que avanzan los días se conocen más detalles del porqué ese ‘reversazo’. Por ejemplo, Vicki Hollub, CEO de OXY, rompió su silencio y explicó a medios internacionales que el presidente Gustavo Petro detuvo las negociaciones.
“Trabajamos en ese acuerdo desde marzo hasta la semana pasada, y pensamos que habíamos terminado, pero el presidente Petro de Colombia no lo aprobó”, dijo Hollub en una teleconferencia con inversionistas.
Según la CEO, Petro ha dejado claro su oposición al fracking, una técnica que CrownRock utiliza en sus operaciones en la Cuenca Permian, un campo petrolero fronterizo entre Texas y Nuevo México.
La cuenca del Permian es una de las regiones productoras de petróleo y gas natural más grandes del mundo, está ubicada entre el oeste de Texas y el sureste de Nuevo México en los Estados Unidos. Abarca un área de aproximadamente 250.000 millas cuadradas y contiene vastos depósitos de recursos no convencionales, como petróleo de esquisto y gas natural de esquisto.
Ecopetrol tiene presencia en la cuenca del Permian a través de su asociación estratégica con Occidental Petroleum Corporation (OXY). Esta alianza, iniciada en 2019, se enfoca en el desarrollo de yacimientos no convencionales (fracking) en el Midland Basin, una subcuenca dentro del Permian.
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Reacciones
El rechazo del proyecto no solo ha generado malestar dentro de Ecopetrol, sino que también ha sido criticado por expertos del sector. La compra de CrownRock habría aumentado la producción de Ecopetrol en un 15% y aportado significativamente a su rentabilidad.
Por ejemplo, este medio conoció que 7 de los 9 miembros de la junta directiva de la petrolera colombiana habían votado lo contrario porque consideraron que era un gran negocio para la compañía. Esto también lo sustentaron en un documento que elaboraron al interior de la compañía y concluyó con beneficios, por ejemplo, aumentaba 65 mil barriles de crudo por día, pasando de 736 mil a 801 mil, para un alza del 9%.
El estudio de Ecopetrol también evidenció que con ese negocio en Estados Unidos las reservas probadas se incrementarían en un 9%, y el índice de reposición pasaría de 43% a 126%, es decir, la capacidad de reemplazar las reservas de petróleo y gas que se ha extraído y vendido.
A pesar de que todas las instancias internas de Ecopetrol habían dado luz verde al proyecto, incluyendo recomendaciones favorables de varios comités y la aprobación de la junta directiva, la negativa del presidente Petro y del ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, echó por tierra la transacción.
Esta decisión se alinea con la postura antifracking del presidente Petro, quien ha intentado prohibir esta técnica desde su llegada al poder, aunque su proyecto de ley no avanzó en la pasada legislatura. “El presidente Petro ha dejado muy claro al mundo que es antipetróleo, antigas, antifracking y anti-Estados Unidos”, afirmó Hollub.
Fuentes internas de Ecopetrol revelaron a medios nacionales, como Portafolio, que esta interferencia gubernamental ha generado un profundo malestar dentro de la compañía, calificándola como un “manoseo” a las decisiones corporativas.
A pesar de la viabilidad financiera y operativa del negocio, la intervención del alto gobierno impidió que Ecopetrol se beneficiara de una transacción que prometía altos rendimientos a corto plazo y mejoras en las finanzas públicas.
Según el exministro Tomás González, el rechazo de la compra no solo afecta a Ecopetrol, sino que también priva al gobierno colombiano de ingresos fiscales importantes derivados de los dividendos e impuestos que el Proyecto Oslo habría generado.
“Mientras haya demanda, alguien va a producir esos recursos. Al planeta le da igual quién lo haga, pero a Colombia no, mayores ingresos de Ecopetrol son mayores transferencias e impuestos para el país”, detalló González.
Y recalcó que esta decisión debilita el gobierno corporativo de Ecopetrol al mostrar injerencia política en sus decisiones de inversión más importantes.
Con esta decisión, el gobierno de Petro reafirma su compromiso con una transición energética que excluye el fracking, a pesar de los beneficios económicos que esta técnica puede proporcionar en el corto plazo.
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El fracking salvó la producción de Ecopetrol
Ecopetrol, en la entrega de sus resultados financieros de primer trimestre del 2024, precisó que hubo un aumento del 3% en su producción de hidrocarburos durante el primer trimestre de 2024, alcanzando los 741 mil barriles equivalentes por día (kbped).
Este incremento se debe principalmente al crecimiento en la producción de fracking en el Permian, Estados Unidos, que aumentó en 33,2 mil barriles por día.
Es así como la producción promedio de Ecopetrol entre enero y marzo fue de 741.000 barriles de petróleo equivalentes por día, un 3,05% más que los 719.000 del mismo período de 2023. Además, la compañía transportó 1.118 kbd, un aumento de 28 kbd en comparación con el primer trimestre de 2023. También se procesaron o refinaron 428 kbd, un aumento de 16 kbd en comparación con el mismo período del año pasado.
Al final del reporte financiero enfatizó en que el crecimiento de la producción se debe principalmente al buen desempeño en la campaña de desarrollo en Permian, al aumento de capacidad en Caño Sur, al aporte de recobro secundario y terciario por inyección de agua, y la reactivación del campo Capachos y el crecimiento por pozos nuevos en el campo Palagua.
El fracking en la cuenca del Permian ha sido rentable para Ecopetrol. En el primer trimestre de 2024, la producción de la compañía en la región alcanzó los 33,2 kbped. La producción bruta alcanzó un incremento de 64,6% frente al mismo período de 2023.
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