En el primer semestre de 2024, las utilidades netas de Ecopetrol se desplomaron en 24,2% comparado con el mismo periodo de 2023, a pesar de un aumento del precio del petróleo del 4%, que pasó de 80 dólares a 83 dólares por barril.
Así lo hizo saber este martes 13 de agosto la petrolera colombiana en medio de la polémica del veto del presidente Petro contra el proyecto Oslo, con el que se pretendía adquirir el 30% de la participación sobre los activos de la sociedad CrownRock, propiedad de Occidental Petroleum, Oxy.
El negocio se cerraría por un valor aproximado de US$3.600 millones. Este acuerdo no solo iba a incrementar las reservas probadas de Ecopetrol, sino que también mejoraría significativamente sus resultados financieros.
Retomando los resultados, la compañía evidenció que la producción diaria de la compañía alcanzó los 758 mil barriles diarios en promedio, impulsada en gran parte por el fracking en el Permian, en Estados Unidos.
El fracking, técnica que ha generado controversia, pero también resultados positivos, permitió a Ecopetrol mantener a flote su producción. Durante el segundo trimestre de 2024, el 13% de la producción total de hidrocarburos de la compañía provino de esta técnica en la cuenca del Permian.
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Gracias a esta operación, Ecopetrol logró producir 98 mil barriles diarios, registrando un crecimiento significativo del 67% en esa región, mientras que el resto de su producción creció un 5% o menos.
Sin embargo, los desafíos financieros persisten. Los gastos financieros de Ecopetrol aumentaron un 15,3% durante el semestre, debido principalmente a un mayor nivel de endeudamiento y a las mayores tasas de interés.
A su vez, la deuda del Grupo Ecopetrol asciende a $115 billones, equivalentes a 27.729 millones de dólares, con una relación deuda/patrimonio de 1,16 veces, indicando que la deuda supera el valor de mercado de la empresa.
Además, la Tasa Efectiva de Tributación se ubicó en 42,4%, frente al 38,6% del primer semestre de 2023. Este incremento se debe en gran parte a la actualización de la sobretasa del 10% al 15% para el 2024, dado el aumento en los precios del Brent.
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En ese orden, según el profesor Sergio Cabrales, experto en energía e hidrocarburos, en los últimos dos años, las utilidades de Ecopetrol se han desplomado más de un 68% en términos nominales, pasando de $10,47 billones en el segundo trimestre de 2022 a $3,37 billones en el segundo trimestre de 2024.
La situación plantea un desafío para la administración de Ecopetrol. Sin el impulso del fracking en el Permian, la producción de la petrolera colombiana habría caído, subrayando la importancia de esta técnica en la actual estrategia de producción de la empresa, pero que encuentra resistencia entre el Gobierno Petro.
La cuenca del Permian es una de las regiones productoras de petróleo y gas natural más grandes del mundo, está ubicada entre el oeste de Texas y el sureste de Nuevo México en los Estados Unidos. Abarca un área de aproximadamente 250.000 millas cuadradas y contiene vastos depósitos de recursos no convencionales, como petróleo de esquisto y gas natural de esquisto.
Ecopetrol tiene presencia en la cuenca del Permian a través de su asociación estratégica con Occidental Petroleum Corporation (Oxy). Esta alianza, iniciada en 2019, se enfoca en el desarrollo de yacimientos no convencionales (fracking) en el Midland Basin, una subcuenca dentro del Permian.
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La caída del negocio
Como se dijo en párrafos anteriores, estos resultados se dan en medio de un ‘reversazo’ por el mandatario nacional para que Ecopetrol buscara más petróleo y gas por medio de fracking en Estados Unidos. Sobre esto, Vicki Hollub, CEO de OXY, rompió su silencio y explicó a medios internacionales que el presidente Gustavo Petro detuvo las negociaciones.
“Trabajamos en ese acuerdo desde marzo hasta la semana pasada, y pensamos que habíamos terminado, pero el presidente Petro de Colombia no lo aprobó”, dijo Hollub en una teleconferencia con inversionistas.
Según la CEO, Petro ha dejado claro su oposición al fracking, una técnica que CrownRock utiliza en sus operaciones en la Cuenca Permian, un campo petrolero fronterizo entre Texas y Nuevo México.
El rechazo del proyecto no solo ha generado malestar dentro de Ecopetrol, sino que también ha sido criticado por expertos del sector. La compra de CrownRock habría aumentado la producción de Ecopetrol en un 15% y aportado significativamente a su rentabilidad.
Esta decisión se alinea con la postura antifracking del presidente Petro, quien ha intentado prohibir esta técnica desde su llegada al poder, aunque su proyecto de ley no avanzó en la pasada legislatura. “El presidente Petro ha dejado muy claro al mundo que es antipetróleo, antigas, antifracking y anti-Estados Unidos”, afirmó Hollub.
Fuentes internas de Ecopetrol revelaron a medios nacionales, como Portafolio, que esta interferencia gubernamental ha generado un profundo malestar dentro de la compañía, calificándola como un “manoseo” a las decisiones corporativas.
A pesar de la viabilidad financiera y operativa del negocio, la intervención del alto gobierno impidió que Ecopetrol se beneficiara de una transacción que prometía altos rendimientos a corto plazo y mejoras en las finanzas públicas.
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