La pregunta obligada todos los años cuando termina el Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, es: “¿Cuál fue el tema central?”. Si bien esta vez había un lugar asegurado para el debate sobre la Inteligencia Artificial (IA) y los riesgos de los conflictos globales, también hubo protagonistas inesperados como el presidente argentino, Javier Milei, quien generó revuelo con un discurso en pro del capitalismo, o los ultrarricos del mundo, quienes pidieron que les suban los impuestos.
Incluso hay quien piensa que en el trasfondo el gran tema central de Davos 2024 fue reavivar el viejo debate entre el modelo capitalista y el progresista. “Creo que en buena hora se puso en discusión, porque veníamos en los 90 del Consenso de Washington, con el que se adoptaron políticas neoliberales, y luego desde el 2000 ya ha habido un discurso predominantemente de izquierda. Ahora vuelve a controvertirse cuál modelo es más eficiente para solucionar los problemas de desigualdad”, analizó el investigador económico Luis Fernando Ramírez.
Pese a que discursos como los de Milei o el presidente de Colombia, Gustavo Petro, parecieron avivar esa discusión, Raúl Ávila, profesor de Economía de la Universidad Nacional, consideró que, por el contrario, Davos tuvo cuatro grandes ejes sobre situaciones críticas que aquejan al planeta.
“El primer tema central fue lograr seguridad y cooperación en un mundo fracturado, en especial con los conflictos de Oriente Medio y la guerra Ucrania - Rusia. Mientras el segundo fue crear crecimiento y empleo para una nueva era, pensando ajustar las perspectivas de crecimiento mundial ante posibles fracasos de las políticas actuales y escenarios pospandemia”, precisó Ávila.
Los otros dos, mencionó, fueron la inteligencia artificial como motor de la economía y la sociedad, “pensando cómo se debe dar el aprovechamiento de la IA como generadora de riqueza”; y además, una estrategia a largo plazo para el clima, la naturaleza y la energía apalancada en los compromisos de descarbonización.
El camino hacia la IA
Tal fue la importancia que se le dio a la Inteligencia Artificial en esta edición, que más de 30 paneles se destinaron a debatir sus beneficios, masificación y hasta riesgos. “Es tan espectacular cómo mejora la productividad de los empleados de oficina y es posible que en un futuro también lo haga en otros campos”, dijo Bill Gates, en declaraciones a Bloomberg.
Pero el magnate fundador de Microsoft, quien estuvo muy activo en Davos, también tuvo tiempo para referir los peligros de la IA. “Significa que los tipos malos serán más productivos, por lo que pueden hacer más ataques cibernéticos, pueden diseñar más armas, etc. Por ejemplo, internet, el microprocesador, todas estas cosas, ayudaron a todos a ser más eficientes, incluidos los malos”.
Tras recopilar las contras que tiene esta tecnología, declaró que la humanidad tiene que asegurarse de que “la mejor defensa cibernética de la IA o las medidas de defensa contra el bioterrorismo estén en manos de los tipos buenos”.
Lo llamativo es que ni siquiera el peso pesado de este universo se atrevió a dar certezas sobre lo que viene. Y es que Sam Altman, CEO de OpenAI, la compañía detrás del popular ChatGPT, declaró: “Esta tecnología es muy potente y no podemos decir con certidumbre qué ocurrirá. Pasa con todas las grandes revoluciones tecnológicas, pero con esta en concreto es fácil imaginar los enormes efectos que tendrá en el mundo y que podría salir muy mal”.
Para Altman, es positivo que las personas estén inquietas e incluso nerviosas sobre lo que hará la IA, pues es necesario sentir la importancia de los cambios que se aproximan y lo que está en juego para el planeta. A su gusto, la fórmula para una adecuada implementación de la IA es democratizar. “Esa es siempre la mejor forma de hacer avanzar al mundo con una nueva tecnología”.
El Foro Económico estima que el PIB mundial será un 14% más alto en 2030 como resultado de la IA, lo que en plata blanca equivale a US$15,7 billones, “más que la producción actual de China e India combinados”. Justamente, China y Estados Unidos serán los más beneficiados.
“Cóbrennos más impuestos”
Y así como se discutió cómo las tecnologías disruptivas cambiarán la vida, los ultrarricos del mundo también destaparon sus cartas con una propuesta para reducir la desigualdad. “Nuestra petición es sencilla: les pedimos que nos graven a nosotros, los más ricos de la sociedad”, dijeron en una carta más de 250 magnates.
Valerie Rockefeller o Abigail Disney –heredera de The Walt Disney Company– estuvieron entre el extenso grupo de firmantes de la misiva, en la que aseguran que pagar más no tendrá ningún efecto en su vida, ni afectará a sus futuras generaciones, pero en cambio generaría un mundo un poco más justo.
Para Lisandro Junco, exdirector de la Dian, esta es la noticia principal que dejó la cita en Davos. “El mensaje de los ultrarricos es muy importante. A partir de un informe de la ONG Oxfam, se observó que, por ejemplo, Elon Musk, que es la persona más rica del mundo, pagó en impuestos solo el 3%. Entonces esto es bastante relevante”.
Junco vio interesante varios mensajes durante el Foro, como que Milei haya dicho que el empresario es un héroe; que el presidente Gustavo Petro pidiera un trabajo articulado para proteger el medio ambiente; y la ya mencionada carta de los magnates solicitando tributar más.
“Uno lo que puede ver, primero, es la necesidad de fortalecer el Estado; segundo, que quienes lo deben hacer son las empresas; y tercero, que los Estados son responsables también de la lucha contra el cambio climático. Hay que valorar esas ideas, también en el sentido de que quien tiene más, pague más”, complementó.
La revolución Milei
Muy relacionado con lo anterior fue el discurso del presidente argentino Javier Milei, que tuvo eco en el mundo y de hecho le significó fuertes críticas, aunque también elogios, como los del magnate Elon Musk. Su intervención fue la más vista durante el Foro de Davos, y solo en YouTube acumulaba más de 330.000 visualizaciones con corte al viernes en la tarde.
“Occidente está en peligro, está en peligro porque aquellos, que supuestamente deben defender los valores de Occidente, se encuentran cooptados por una visión del mundo que –inexorablemente– conduce al socialismo, en consecuencia a la pobreza”, arrancó Milei en su discurso.
“Lejos de ser la causa de nuestros problemas, el capitalismo de libre empresa, como sistema económico, es la única herramienta que tenemos para terminar con el hambre, la pobreza y la indigencia, a lo largo y a lo ancho de todo el planeta. La evidencia empírica es incuestionable”, continuó.
Pero quizás las frases más polémicas tuvieron que ver con su contundente visión proempresa. “El capitalista es un benefactor social que, lejos de apropiarse de la riqueza ajena, contribuye al bienestar general. En definitiva, un empresario exitoso es un héroe”.
También, mencionó: “Desde el año 1800 en adelante con la población multiplicándose más de 8 o 9 veces, el producto per cápita creció más de 15 veces. Existen rendimientos crecientes, eso llevó la pobreza extrema del 95% al 5%. Sin embargo, esa presencia de rendimientos crecientes implican estructuras concentradas, lo que se llamaría un monopolio”.
“Fue un discurso proempresa, mirando el desarrollo desde una visión más libertaria. Mientras tanto, el del presidente Petro se centró más en el proteccionismo, el cuidado de la naturaleza, del medio ambiente, la no exploración de minero energéticos y un compromiso de los países desarrollados con el cambio climático. Son enfoques diferentes para buscar el bienestar, que generan una controversia, pero sin implementación de políticas adecuadas se pueden quedar solo en un discurso”, observó el profesor Raúl Ávila.
¿Señales tras discurso de Petro?
Como mencionó, por el lado del presidente Petro el discurso estuvo enfocado en el medio ambiente. En lo que se volvió la constante durante sus apariciones internacionales, el Jefe de Estado llamó a adoptar un Plan Marshall, en el que básicamente los países puedan canjear deuda por acción climática. Según él, hoy el mundo necesita 30 veces más recursos económicos al año para hacer frente a la crisis ambiental.
También describió la visión de su Gobierno sobre la política minero energética. “Nosotros, desde Colombia, decimos no más explotación petrolera. Firmamos el tratado de no proliferación de combustible, que solo lo firman las islas que están a punto de desaparecer con sus poblaciones. Queremos que se extienda a todo el mundo”.
En un análisis interesante, Lisandro Junco manifestó que “el discurso de Petro tiene como componente esencial el canje de deuda por medio ambiente, para mí no es una repetición de lo que ha dicho, sino es un abrebocas de la próxima reforma tributaria”.
Su previsión es que este año el Gobierno quiere mover la regla fiscal, la cual establece la proporción entre ingresos y endeudamiento que puede tener. De hecho, el tema ya ha sido esbozado por el director de Planeación Nacional, Jorge Iván González.
¿Pero qué tiene que ver el discurso de Petro sobre el medio ambiente con la regla fiscal? “Hay un gasto que tienen todos los países, que es el de reforestación, es un gasto casi de funcionamiento. Pero lo que hemos escuchado del Gobierno es que no debería verse como gasto, y por consiguiente debería quitarse de la ecuación para que haya mayor cupo para endeudarse. Es una iniciativa interesante para discutir”, vaticinó Junco.
Lo cierto es que Davos 2024 es un abrebocas de cómo se moverá el tablero político y económico este año, marcado por conflictos internacionales, los avances de la IA y la proliferación de personajes políticos extremistas. Esto, mientras se espera que la economía mundial rebaje su crecimiento al 2,9% (ver gráfico).
