El reloj para que Millicom y EPM definan la capitalización de Tigo sigue corriendo. Ayer terminó el plazo que el ministro de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones, Mauricio Lizcano, había dado para que los socios del operador de telecomunicaciones tomaran una decisión sobre la inyección de recursos.
Y es que el funcionario desde hacía varias semanas venía advirtiendo que si EPM y Millicom no llegaban a un acuerdo sobre la capitalización de $600.000 millones que necesita la empresa, esta sería sometida a un proceso de reorganización a la luz de la Ley 1116 de 2006, por parte de la Superintendencia de Sociedades.
Al cierre de esta edición ni EPM ni Millicom habían reportado avances de la negociación para concretar el desembolso de aportes, que ambos han manifestado están dispuestos a hacer, y la superintendencia por su parte tampoco había emitido un pronunciamiento frente al caso.
Consultado por este diario, el ministro Lizcano respondió que estaba a la espera de las definiciones que los accionistas de Tigo acordaran y que este jueves revisaría el tema.
Otras fuentes señalaron que la instrucción de la junta de EPM es que se cristalice la capitalización de Tigo y que ayer hubo una reunión con Lizcano para que él interviniera a efectos de conciliar dificultades en torno a ese proceso, reunión que el ministro no confirmó ni negó.
El fin de semana, el director de Millicom, Mauricio Ramos, en carta enviada a la junta directiva de EPM y a entidades del Gobierno, alertó sobre una “nueva condición” que EPM intentó introducir para hacer parte de la capitalización.
“En la contrapropuesta que EPM nos hizo llegar el viernes, 6 de octubre en las horas de la tarde, EPM introduce, entre otros puntos, la determinación obligatoria del precio por parte de un tercero y no de común acuerdo entre las partes; una extensión adicional del plazo propuesto; y un valor mínimo garantizado a favor de EPM”, se lee en la misiva.
Y es que el miércoles anterior EPM, al anunciar que haría parte de la capitalización, mencionó que una de las condiciones sería la eventual aplicación de una “Opción PUT (compra obligatoria de Millicom) a un valor de la acción acordado entre las partes”.
Al notar ese cambio, Millicom enfatizó en que no puede asumir una obligación financiera onerosa, por un valor que no sea libremente determinado de común acuerdo. Este sería el último escollo que debe resolverse para concretar la capitalización de Tigo.
Obligaciones en vilo
Por su parte, en el último mes las evaluadoras internacionales bajaron las calificaciones de riesgo de crédito de la compañía dada su incapacidad para cumplir con las obligaciones con sus acreedores, que para este mes de octubre suman alrededor de $235.000 millones.
De acuerdo con Fitch los vencimientos de deuda de Tigo por estos días consisten principalmente en un préstamo de $85.000 millones con Bancolombia y la amortización de bonos de deuda en el mercado local por $150.000 millones.
Este compromiso fue adquirido en 2011, cuando se emitieron bonos de deuda a 12 años los cuales deben ser redimidos este mes. No obstante, el pasado 5 de octubre la empresa convocó una asamblea extraordinaria de los tenedores de esos títulos en la que se pondrá en consideración ampliar el plazo para el vencimiento de esos bonos. Esa reunión está programada para el próximo 19 de octubre, a las 8 de la mañana.
Tigo también está obligada a realizar el pago inicial por la renovación de su espectro en la banda de 1.900 megahercios (Mhz) a finales de este año, lo que sumaría otros US$250 millones que debe desembolsar en noviembre.
En ese escenario, la revisión de notas por parte de BRC Ratings – S&P Global, Fitch y Moody’s dejó a Tigo sin grado inversión. En otras palabras, para los inversionistas esta empresa tiene un alto riesgo de incumplimiento e impago de sus obligaciones, lo que se traduce en desconfianza a la hora de invertir.
Las evaluadoras también coincidieron en señalar que la calificación podría rebajarse aun más si la empresa no pudiera obtener financiamiento para cumplir con los próximos vencimientos de deuda, o si se deteriorara su desempeño operativo.
Vale anotar que otra de las urgencias de la capitalización de Tigo es la reciente autorización que Superintendencia de Industria y Comercio (SIC) le otorgó para integración de las redes de acceso móvil con Telefónica (Movistar) bajo una nueva compañía de infraestructura, de propiedad común que explotará la red 5G.
Sobre este permiso, Marcelo Cataldo, presidente de Tigo, indicó a comienzos de esta semana que la apuesta es seguir trabajando para cumplir con el propósito de conectar cada vez a más colombianos.
“La posibilidad de unificar el acceso a redes móviles con Movistar puede ser un hito para el sector en Colombia y es un paso en la dirección correcta para alinearse con el objetivo del Gobierno Nacional de lograr una cobertura de internet del 85% de la población”, mencionó el empresario.
Pese al optimismo de Cataldo, Fitch prevé que Tigo generará un flujo de fondos negativo a medida que las presiones competitivas y los requisitos de inversión (incluidas las renovaciones de espectro y una nueva subasta de 5G) presionen la caja, lo que exigirá fuentes adicionales de financiamiento de deuda.
15,1
millones de líneas móviles contabilizaba Tigo a marzo de este año, según MinTIC.