La negociación del salario mínimo para 2025 cada vez se pone más interesante. Este 11 de diciembre hubo dos golpes cruciales en la mesa de negociación donde se sientan Gobierno Nacional, gremios empresariales y centrales obreras: las empresas parecen dividirse y los sindicatos aspiran a un aumento más alto de lo previsto.
Lo curioso de la jornada fue que la mayor parte de los gremios empresariales acordaron no revelar una propuesta oficial de aumento. Esto con el fin de no enrarecer más el clima de negociación y que el Gobierno juegue un papel importante de mediador entre ambas partes y logre una concertación.
“Creemos que la probabilidad de concertación aumenta mucho si permitimos que el Gobierno juegue un papel de intermediario o concertador, como sucedió en 2022 y en 2023 casi lo logramos”, explicó Bruce Mac Master.
En concreto, solicitaron que se acuerde una cifra equilibrada. Para lo cual es necesario mantener el poder adquisitivo de los trabajadores y, a su vez, no desbordar los costos laborales de las compañías.
Hay que decir que no todos estuvieron de acuerdo con esa premisa. La Asociación Colombiana de las micro, pequeñas y medianas empresas (Acopi), no solo no compartió la idea de no presentar una propuesta concreta, sino que reveló una aspiración de manera individual y puso sobre la mesa un 5,2%.
Rodolfo Correa, presidente de ese gremio, justificó que el gremio tomó la decisión porque las pymes son las compañías que deben asumir la mayor parte de las consecuencias de un incremento desbordado en la remuneración de los empleados. “Acopi no necesita pedirle permiso a nadie para presentar una cifra”, anotó.
Y agregó sobre la negociación: “Si se aprueba una cifra de dos dígitos, aquí vamos a acabar con la micro y pequeña empresa de Colombia, así de sencillo”.
Frente a la situación, Mac Master negó que la decisión de Acopi obedezca a una ruptura de los gremios, sino que responde a una propuesta individual que respetan.
Sindicatos piden un 12% de incremento
Al parecer, las conversaciones no avanzaron mucho en un consenso. De hecho, Fabio Arias, presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, calificó la propuesta de Acopi de “ilegal”. Sostuvo que ese porcentaje dejaba de lado el dato de productividad, la participación de los trabajadores, el crecimiento económico, pero lo único que recoge es la variación de la inflación.
Y es que la diferencia de las aspiraciones es notable. Incluso, los sindicatos endurecieron su postura y pasaron de solicitar un 10% a un 12%, así lo dieron a conocer diferentes medios locales.
En ese orden, los sindicatos pusieron sobre la mesa un repunte salarial que equivale a $156,000 sin contar el ajuste del auxilio de transporte. Eso quiere decir que, con ese incremento, el sueldo se ubicaría en $1,45 millones.
Un dato que está muy por encima de la cifra anual de inflación, que fue de 5,2% a corte de noviembre, según informó el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane). Y también muy lejana de posturas preliminares de empresarios que se ubican entre el 2,5% y 5%.
Sobre la aspiración de los sindicalistas, las empresas manifestaron que están lejos de llegar a un acuerdo.
Por su parte, Jaime Alberto Cabal, presidente de la Federación Nacional de Comerciantes, indicó que no le parece razonable la solicitud de los obreros. “Este año el incremento del salario fue del 12%, pero con una inflación del 9,28%; este año esperamos una del 5,1%, con lo cual esta cifra no tiene ni pies, ni cabeza, ni razonamiento, ni sustento técnico, económico o social”, sentenció el líder gremial.
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