El nuevo atentado que sufrió el oleoducto Caño Limón-Coveñas el pasado lunes 27 de marzo y que es el octavo a estas infraestructuras petroleras en lo corrido del año en el país, llama la atención ya que la cifra representa el 44,4% de los ataques totales registrados en 2022.
De estos ocho eventos que se han registrado en los tres primeros meses del año, siete que han sido en este tubo, mientras que uno fue reportado en el sistema Trasandino, en comparación con los 19 atentados al sistema de transporte de crudo en el territorio nacional reportados el año pasado.
Y como consecuencia del reciente atentado al oleoducto Caño Limón Coveñas, Ecopetrol suspendió las entregas de gas natural del campo Gibraltar a regiones con demanda importante en los departamentos de Antioquia, Santander y Norte de Santander.
A través de un comunicado, la administración de Ecopetrol resaltó que, con el fin de garantizar la seguridad de las operaciones “cortaba el suministro del combustible a partir de la fecha”.
Pero no solo la infraestructura de transporte ha sido blanco de los ataques subversivos, también ha sido blanco las instalaciones petroleras, ya que por esos mismos días otro atentado se registró en el campo La Cira Infantas en Barrancabermeja. De esta forma, las infraestructuras de Ecopetrol han sufrido ya dos atentados este año en la zona del Magdalena Medio.
Pero además de los atentados contra la infraestructura de transporte y las instalaciones de producción, se ha registrado conexiones ilícitas. De acuerdo a reportes de Cenit, filial de Ecopetrol para el transporte de crudo entre el 1 de enero y el 31 de marzo se han registrado 146 hechos, la mayoría en el sistema Trasandino.
Así, la cifra de conexiones ilícitas representan un 20,8% del total registrado, si se tiene en cuenta que fueron reportadas 715 conexiones con válvulas.