Un mensaje urgente envió a la banca mundial Javier Díaz, presidente del Banco de Desarrollo Empresarial de Colombia (Bancóldex), en el marco de la Cuarta Cumbre Finanzas en Común (FICS), al afirmar que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no se están cumpliendo.
De acuerdo con Díaz, los ODS son 17 y se mide el cumplimiento de cada uno, pero los resultados muestran que, a nivel global, se está cumpliendo solo el 15% de ellos.
“En Colombia, la métrica global es superior al 60%. Uno podría decir que en el país tenemos un progreso muy satisfactorio, pero al final del día no sirve que aquí estemos bien y el vecino esté mal, porque todos tenemos que trabajar a tiempo”, dijo.
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De hecho, una de las advertencias que lanzó el presidente de la Agencia Francesa de Desarrollo y de Finance in Common, Remy Rioux, es que “posiblemente estemos siguiendo el camino hacia los ODS donde puede haber noticias malas de la COP en diciembre, además de la tensión financiera para muchos países de África y la geopolítica”.
Y destacó que se requiere “más transparencia, tener mejores resultados y una metodología clara para la banca y el financiamiento privado”.
En este sentido, Díaz aprovechó para invitar a la banca privada a aunar esfuerzos. “Si algo está quedando claro es que se necesita el apalancamiento de todo tipo de bancos, multilaterales, públicos, privados, fondos de inversión, para hacer la movilización de recursos que se necesitan, no en billones sino en trillones de dólares, porque el reto es enorme, y tenemos que llegar a tiempo al cumplimiento de la meta 2030”, anotó.
Financiación climática
Otro de los puntos centrales de las conversaciones en torno al clima, la biodiversidad y el cambio climático durante la cumbre es el gran reto que tienen los Bancos Públicos de Desarrollo de alinear la viabilidad financiera con los objetivos ambientales y sociales, ya que si bien intentar avanzar hacia una economía neta cero requiere inversiones en iniciativas sostenibles, estos proyectos pueden no siempre pueden ofrecer beneficios financieros inmediatos y parecer riesgosos.
Por esto, una de las invitaciones fue a encontrar métodos de financiación como bonos verdes, garantías e innovación financiera, para atraer inversión privada y mantener los objetivos de una economía global cero emisiones.
En este sentido, Adama Mariko, secretario general de FICS, dejó claro que “no vamos a salir de aquí sin tener una agenda de en qué deberían trabajar los bancos de desarrollo públicos en estos próximos cinco años”.
“En cada sesión, tomaremos nota de las mejores ideas que tengan, cuáles son sus metas, cuáles son sus objetivos, para que podamos reunir todo eso y mostrar al mundo que podemos tener un plan en el que todos trabajemos y por el cual podamos rendir cuentas y cumplir con las expectativas de los ODS”, recalcó.
Banco de inversión global
Frente a este panorama no muy alentador, el presidente de Bancóldex subrayó que una movida clave es la formalización de un banco de inversión global que fortalezca el enfoque en asuntos verdes.
Esto, teniendo en cuenta que, al menos en América Latina, ya se ha pasado del potencial a la acción, lo que demanda una estrategia mucho más clara con los objetivos que tiene por delante, siendo uno de ellos convertirse en la región líder en energía solar, con al menos 3.000 gigavatios de energía solar disponibles para 2030.
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Además, como opciones de inversión que pueden contribuir a la mitigación de los efectos del cambio climático, la pobreza y el hambre, en la cumbre se resaltó la apuesta por las energías renovables, pues estas no solo reducirían las emisiones de gases de efecto invernadero, sino generarían hasta 24 millones de empleos en el mundo.
Asimismo, la inversión en agricultura sostenible se perfila como una vía efectiva para aumentar la productividad agrícola, contrarrestar la degradación del suelo y fortalecer la resiliencia ante el cambio climático, beneficiando a alrededor de 1.000 millones de personas.
Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se calcula que para cumplir con los ODS y con el Acuerdo de París serían necesarias inversiones a nivel global por un valor de entre US$3,3 y US$4,5 billones.