Después de tres horas intensas de debate, el Comité de Regla Fiscal decidió flexibilizar el parámetro de déficit para este año.
El Ministerio de Hacienda y Crédito Público se comprometió con hacer una simulación para establecer las nuevas metas, para que fuesen aprobadas por este grupo de sabios antes de darla a conocer a la opinión pública, pero EL COLOMBIANO conoció, en exclusiva, que la decisión estaría en un rango entre 2,4 % del Producto Interno Bruto (PIB) previsto para 2019 y el 3,1 % que se logró el año pasado.
“Aún así el país va a mantener la senda de reducción del déficit fiscal (...) y esta flexibilización no implicaría un nivel superior a lo alcanzado el año pasado”, aseguró una fuente cercana al proceso a EL COLOMBIANO, que pidió la reserva de su nombre debido al hermetismo que suscitó esta reunión, con el compromiso de que el Ministerio entregaría la información entre hoy y el próximo viernes.
La decisión es temporal, aunque este diario no pudo establecer por cuánto tiempo se flexibilizará esta meta. El debate fue fuerte y se movió entre suspender definitivamente la regla fiscal o bajar los exigentes pronósticos que tiene el país en esta materia, básicamente sustentados en el 0,3 % del PIB al año, que hoy impacta la migración venezolana y que se prevé puede profundizarse.
A la reunión de ayer asistieron Guillermo Perry, Eduardo Wiesner, Roberto Steiner, el senador Rodrigo Villalba, el representante a la Cámara Óscar Darío Pérez, Ramón Javier Mesa, por la Universidad de Antioquia, Juan Camilo Cárdenas, por la Universidad de los Andes, y un representante de la Universidad del Norte.
De Minhacienda estuvieron presentes: el jefe de la cartera, Alberto Carrasquilla, el viceministro general, Juan Alberto Londoño, y el viceministro técnico, Luis Alberto Rodríguez y algunos otros observadores del ejecutivo.
Desde el fin de semana, el país está pendiente de lo que pueda ocurrir con esta regla, discusión que mucha gente ignora, pero que es relevante porque en el fondo manda un mensaje de estabilidad del país frente a inversionistas y agentes importantes para la confianza de Colombia, como las empresas calificadoras de riesgo.