En los últimos años se ha acelerado la demanda de perfiles laborales asociados a la incorporación de innovaciones tecnológicas, así como al desarrollo de nuevos canales de comercialización y atención al cliente. Tanto así, que el Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que casi un 40% del empleo mundial ya se encuentra expuesto a la Inteligencia Artificial (IA).
En Colombia, el mercado laboral no ha sido ajeno a esta transformación. Factores como la digitalización, la globalización y los cambios demográficos están influyendo en la demanda de nuevas habilidades y competencias por parte de las empresas.
Los perfiles con más futuro
La tecnología está redefiniendo muchos roles, creando oportunidades en áreas que antes no existían y transformando empleos tradicionales.
De hecho, se estima que para este 2025 Colombia necesitaría más de 162.000 profesionales en Tecnologías de la Información (TI). Y según el informe de Perspectivas de Talento Tecnológico 2025, desarrollado por Experis, consultora de servicios tecnológicos, en el país el 52% de los empleadores en el sector TI tiene planes de contratación para el primer trimestre de este año, mientras que solo el 14% prevé recortes, y el 32% estima mantener su plantilla estable.
Así, los perfiles laborales que serán más apetecidos se siguen concentrando en áreas relacionadas con inteligencia artificial, ciberseguridad, desarrollo de software y análisis de datos.
Un estudio de Randstad, firma global dedicada a servicios de Recursos Humanos, da algunos indicios sobre aquellas ocupaciones que tendrán alta demanda gracias a la transformación digital acelerada de las organizaciones.
“La aceleración digital forzada y generalizada continúa impulsando la demanda de muchos perfiles laborales del ecosistema de la economía del conocimiento, la tecnología y otras disciplinas y áreas de especialización que se ven potenciadas a partir de los cambios y las innovaciones que se dan en las organizaciones para adaptarse a las transformaciones del mercado. Contar con el talento y las habilidades digitales para afrontar estos procesos es cada vez más crítico para las empresas que necesitan seguir siendo competitivas”, afirmó Andrea Ávila, CEO de Randstad para Argentina, Chile y Uruguay.
De esta manera, uno de los perfiles que destaca la firma es el de ingenieros y arquitectos en IA y automatización, como especialistas en prompts (instrucción o pregunta que se usa para interactuar con sistemas de inteligencia artificial) y en robótica de procesos (RPA), entre otros.
Asimismo, aquellos que se formen en analítica de datos. Se prevé que en los próximos años las organizaciones tendrán automatizadas las actividades cotidianas para la toma de decisiones. De esta forma, según Randstad, serán muy demandados perfiles como los analistas y científicos de datos, los especialistas en big data y los arquitectos de bases de datos. Además, los analistas de business intelligence (inteligencia empresarial) cobrarán un mayor peso en la estructura de las compañías.
Los desarrolladores de código que crean aplicaciones y software, al igual que los perfiles técnicos especializados en seguridad de la información, son otras de las profesiones con más futuro. En este grupo también se encuentran los especialistas Cloud, quienes se encargan de liderar y supervisar los procesos de migración digital y adopción de la nube, y conocen las principales plataformas que ofrecen este servicio, como Microsoft, AWS, OpenStack, GCP Google y Amazon.
De otro lado, las compañías están demandando cada vez más talentos formados en marketing digital para planificar y ejecutar sus estrategias digitales. Entre los puestos más requeridos en esta área se destacan los responsables de marketing online, especialistas en comercio electrónico, copywriters, analistas SEO y SEM, diseñadores web, redactores de contenido, community managers, entre otros.
La atención al cliente se encuentra también en el listado: los especialistas en Experiencia/Interfase de Usuario (UX/UI) son cada vez más solicitados en organizaciones de todos los sectores.
Pero, más allá de lo tecnológico, el mercado laboral también seguirá solicitando otros perfiles relacionados con la administración, las ventas, la logística y el transporte.
Por ejemplo, desde ManpowerGroup Colombia destacan los agentes de call centers, agentes de cobros y agentes de ventas telefónica. También hay demanda en posiciones operativas y de conducción en logística.
Sobre este último, los emprendedores, comerciantes y grandes empresas requieren cada vez más personal especializado en clasificación y armado de pedidos, así como profesionales de logística para la gestión de centros de almacenamiento y distribución de productos.
¿Mujeres tienen mejor perfil?
Que el mercado laboral se siga inclinando hacia lo tecnológico también implica superar un gran reto: la brecha de género.
Según datos de Women in Tech, en la industria tecnológica solo hay una mujer por cada cinco personas que trabajan en este campo. Y aunque en Colombia la brecha de género ha mostrado una mejoría, pasando de 6,7 puntos porcentuales a 4,6 entre 2021 y 2023, hay barreras que persisten.
Un informe del Servicio Público de Empleo (SPE), realizado en colaboración con la Universidad del Rosario, evidenció que, a pesar de que las mujeres se esfuerzan más en mejorar su perfil ocupacional, son los hombres quienes tienen una mayor tasa de postulación y colocación laboral.
Esto, puesto que, pese a que las mujeres muestran una mayor actividad que los hombres en términos de registro en el SPE y acceso a orientaciones, en el proceso de presentar la hoja de vida para ocupar una vacante ellos predominan.
Otro aspecto abordado en el estudio es el análisis de las brechas en el capital humano, donde se evidencian notables diferencias de género en cuanto a los conocimientos y destrezas adquiridas, lo cual incide directamente en las oportunidades de colocación.
De acuerdo con la investigadora Diana Londoño, de la Facultad de Economía de la Universidad del Rosario, “se observa un mayor porcentaje de mujeres (14%) cuyos perfiles coinciden con al menos un conocimiento en comparación con los hombres (10,8%), en relación con las vacantes potenciales demandadas por los empresarios. En cuanto a las destrezas, el porcentaje es aún mayor: el 21,2% de las mujeres posee destrezas coincidentes, mientras que para los hombres es el 20,3%. Esto puede atribuirse al hecho de que las mujeres buscan más orientación”.
Así, el mercado laboral se seguirá transformando, con un impacto directo en las competencias, es decir, en el nivel de conocimientos y destrezas que se exige para desempeñar un determinado trabajo. Por lo pronto, desde la Organización Internacional del Trabajo (OIT) han recomendado a países como Colombia tomar acciones con enfoque colaborativo para aprovechar plenamente el potencial de la tecnología mientras se reducen los riesgos asociados.
Entre ellas se encuentra implementar programas de aprendizaje permanente para mitigar la pérdida de empleos y mejorar la productividad; reforzar las competencias básicas de los trabajadores para impulsar la creatividad con la IA; mejorar los sistemas de protección social para estabilizar las transiciones y abordar las brechas de género; mejorar la infraestructura y la adopción de tecnologías digitales, y ayudar a los trabajadores del sector informal en su transición al sector formal para mejorar sus posibilidades de beneficiarse de esta tecnología.
La transición a una economía de cero emisiones netas en carbono podría crear 15 millones de nuevos empleos netos en América Latina y el Caribe para 2030. Este aumento en los puestos de trabajo se daría, en gran medida, por los cambios en las dietas y, en menor medida, a la descarbonización del sistema energético.
Así lo estima un estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), según el cual los mercados laborales deben prepararse mejor para adaptarse a las cambiantes condiciones climáticas, a medida que las empresas adoptan nuevos modelos de negocios y que los trabajadores emigran a puestos de trabajo más respetuosos con el medio ambiente.
Según los organismos, la descarbonización no necesita hacerse a expensas del empleo y el crecimiento; sin embargo, en esta transición a unos sectores les irá mejor que a otros.
Por ejemplo, los cambios en las dietas de las personas crearían 19,7 millones de empleos a 2030 en función de la agricultura vegetal, pero 4,3 millones de empleos menos en la ganadería, las aves de corral, los productos lácteos y la pesca.
Por su parte, la transición supondría una pérdida de 60.000 empleos en las centrales eléctricas de combustibles fósiles y una ganancia de 100.000 puestos de trabajo en el sector de energías renovables. La construcción, la manufactura y la silvicultura también disfrutarían de la creación neta de empleo.
Para el BID y la OIT una transición justa también significa apoyar a los trabajadores, las empresas y las comunidades que se verán afectadas de forma negativa por la reducción de las industrias más contaminantes, como la extracción de combustibles fósiles o el pastoreo de ganado.
Por ello, afirman que muchos de los trabajadores de los sectores de uso intensivo de carbono que perderían sus empleos pueden encontrar uno nuevo que aproveche sus competencias laborales en las nuevas industrias, luego de recibir formación o capacitaciones.
En su reciente balance, la Agencia Internacional de Energías Renovables (Irena) mostró que el crecimiento del empleo en el sector de las energías renovables alcanzó su máximo histórico en 2023 al situarse en 16,2 millones de puestos de trabajo, frente a los 13,7 millones de 2022; China sigue concentrando la mayoría.
Y es que así como la descarbonización de la economía puede representar una gran oportunidad para los países que estén preparados, también puede convertirse en una barrera para aquellos que no lo están.
En Colombia, por ejemplo, se espera que los cerca de 4,5 gigavatios de energía solar y eólica que deben entrar en operación en los próximos años generen unos 120.000 empleos.
En este sentido, para Diego Mesa, exministro de Minas y Energía, la transición hacia una economía limpia supone una demanda exponencial por técnicos y profesionales especializados en instalación, operación y mantenimiento de sistemas solares, eficiencia energética, turbinas eólicas, baterías, electrolizadores y estaciones de carga para vehículos eléctricos.
De ahí la necesidad de que el Sena y otras instituciones de educación superior amplíen y dinamicen su oferta de carreras técnicas y tecnologías de acuerdo con las necesidades del mercado.
